Gobernar lanzando globos
miércoles, 4 de septiembre de 2024
Juan Alberto Londoño Martínez
No cabe la menor duda, el presidente Gustavo Petro gobierna, o mejor dicho desgobierna, lanzando globos todos los días en un discurso grandilocuente en el que posa de redentor, hace promesas inalcanzables y pocos días después, sale a atacar a todos y cada uno de los órganos del Estado, de la sociedad civil y del sector privado, responsabilizándolos del fracaso de su excepcional idea. Culpa a cada uno y sale con la excusa, según la cual, el establecimiento no se lo permitió.
Hacer promesas e ilusionar a la ciudadanía sabiendo que no se va a cumplir lo prometido, es demagogia. Victimizarse alegando que el enemigo interno no permitió la realización de sus promesas es cínico. Es momento de qué los colombianos dejemos de oír los cantos de sirena y nos concentremos cada día en nuestro trabajo, en nuestras empresas, en nuestras responsabilidades y qué ignoremos las promesas y propuestas sin sentido. Debemos seguir adelante a pesar del Presidente.
Prometer que se va a construir un tren elevado desde Barranquilla hasta Buenaventura es mentir de manera descarada, creer que el Estado tiene la capacidad de prestar todos los servicios públicos a través de sus empresas, es delirante. La falsa promesa de garantizar pensiones para todos los colombianos a través de un sistema público en el cual el déficit se incrementa en 40%, de 87% a 121% del PIB generará pobreza y adicionalmente, le negará a todos los jóvenes la posibilidad de una pensión. Pretender que únicamente mediante la red pública se puede garantizar la salud de los colombianos como mínimo, es ser ingenuo y como país no podemos ser tan ilusos.
A los presidentes los eligen para gobernar y ejecutar, no es posible que después de dos años el gobierno, siga culpando de todo lo que ocurre a las administraciones anteriores hasta llegar al absurdo de argumentar que nuestros problemas son el producto de 200 años de gobiernos de élites que han explotado al pueblo, han sido corruptas y no han permitido ningún avance social. Suena a chiste
La última y más absurda ocurrencia del señor Presidente consiste en que el Banco de la República emita moneda para indemnizar a las víctimas del conflicto armado. Con esta nueva disparatada idea, lo único que logra, es revictimizarlas con la falsa promesa de un mejor futuro, en primer lugar, porque no se va a dar, pues no tiene esa facultad y, en segundo lugar, porque en el caso de qué el Banco accediera, terminaría generando la pobreza a toda la sociedad debido a la gran inflación o hiperinflación que una medida como estas generaría. Ese día nuestra moneda se devaluaría de tal forma que no podríamos siquiera cumplir con nuestra deuda externa, se acabaría el acceso al crédito y lo único que repartiríamos sería miseria.
Engañar a los empresarios diciéndoles que bajará el impuesto de renta disminuyendo la tarifa nominal, es falso puesto que la tarifa efectiva aumentará, al reducirse las deducciones a las que pueden acceder cuando está proponiendo incrementar la tasa mínima de tributación a 20%, cuando dice que recaudará $12 billones sin tocar la base de contribuyentes en renta ni el pago de IVA a nuevos productos. Para decirlo claramente esos 12 billones los pagarán las empresas y las personas naturales que ya hoy pagan renta.
Por favor, Presidente, no nos subestime ni insulte nuestra inteligencia, comprométase a cumplir la ley, reconozca el valor de nuestra democracia, acate las decisiones de las demás ramas del poder público, respete las instituciones, deje de dividir a la sociedad, de estigmatizar a quien piensa diferente, permita la libre empresa y garantice que el sector privado realice sus actividades sin el temor a ser perseguido y estatizado, deje de tomar decisiones por capricho. Ponga atención a las opiniones de los técnicos, no destruya el valor de las empresas públicas por razones ideológicas, respete sus gobiernos corporativos. No acabe con el mercado laboral con una reforma que genere más informalidad. Dedíquese a gobernar y le rogamos deje de trinar