Durante la Cumbre del sector de petróleo y gas que se celebró la semana pasada en Cartagena, se observó un sector privado pujante que quiere seguir trabajando por el país en medio de una gran incertidumbre en torno a los riegos de desabastecimiento de gas y del problema que se avecina en materia de generación de energía, que han llevado a hacer uso de mecanismos de excepción como lo es el Estatuto para Situaciones de Riesgo de Desabastecimiento, se mostró con preocupación el desempeño del sector, se habló de los serios riesgos en los cuales se encuentra y del peligro que está enfrentando a causa del constante ataque por parte del Gobierno Nacional.
Sin embargo surgió una buena noticia, los colombianos estamos despertando y gracias a estos ataques, cada día valoramos más el sector, lo apropiamos como nuestro y queremos defenderlo.
Con sorpresa se recibieron los resultados del Barómetro Petrolero mostrando que, en este momento, contrario a lo que el presidente ha querido, la aceptación y percepción de la industria pasa por su mejor momento. En 2019, 72% de las personas encuestadas en este trabajo, consideraba que la industria petrolera era positiva para el país y para este año esa cifra es de 80%.
Si se mira en los municipios petroleros la aceptación pasó de 69% a 83%, cada vez más personas ven los beneficios en materia de generación de empleo y riqueza en las regiones, las consideran responsables ambientalmente y respetuosas de los derechos humanos.
Cuando los colombianos vemos que se está poniendo en riesgo uno de nuestros principales activos, cuando una de las principales fuentes de ingresos para la Nación y las regiones está siendo atacada y las rentas decrecen, cuando se ve amenazada nuestra autosuficiencia energética y la inversión disminuye, los ciudadanos despertamos, nos volvemos activistas y defensores férreos con orgullo de un sector que ha permitido el desarrollo de las personas, las regiones y el país.
La misma sensación se vio frente al papel de los gremios del país, que en este estudio muestra un aumento significativo en su aprobación al pasar de 35% en 2019 a 53% este año, como muestra del reconocimiento que los ciudadanos tenemos de su incansable lucha en defensa del sector privado, de la inversión y de su importancia en la prestación de bienes y servicios esenciales para la calidad de vida de todos nosotros.
Ante la adversidad, al observar que el gobierno está poniendo en riesgo nuestra salud, nuestros empleos, recursos, ahorros, el acceso a la energía y a los demás servicios públicos, estamos despertando. Con sus ataques, ofensas, críticas y estigmatización, Gustavo Petro está logrando lo que se veía imposible, que el constituyente primario como él lo llama, entienda que el sector privado somos todos, que las empresas son nuestro patrimonio, reconozca la importancia de la iniciativa privada y de la inversión como motor de progreso.
Hay esperanza, estamos entendiendo que la improvisación, el sesgo ideológico, el desprecio por el capital y la iniciativa privada nos afecta a todos. Hoy reconocemos que el sector de petróleo y gas es aliado de las regiones, respetuoso de la ley, motor de desarrollo y generador de empleo y de riqueza para todos. El matoneo está generando solidaridad, ha puesto al sector en el centro de la discusión, destacando su importancia y valor.
Es hora de que estos sectores levanten la cabeza y con orgullo manifiesten y muestren sus bondades, de que sigan invirtiendo y exijan respeto y reglas de juego claras, que exijan se firmen más contratos para explorar y aprovechar la riqueza que no podemos dejar enterrada, que se defiendan activamente, que exijan que las licencias ambientales se otorgues, que las consultas previas se respeten.
Es hora de que el sector de petróleo y gas nos permita no caer en el oscurantismo y que sus empresas nos mantengan encendido el país con su energía y que todos reconozcamos su importancia para el aparato productivo del país y para el bienestar de todos los colombianos.