La cadena minorista alemana ALDI acaba de anunciar una rebaja en el precio de compra de la caja de banano en cincuenta centavos de euro para 2019, decisión tomada por la compañía de manera unilateral. Frente a este panorama, la Asociación de Bananeros de Colombia (Augura) y el Sindicato de Trabajadores del Agro (Sintrainagro) hemos rechazado públicamente esta iniciativa, la cual vulnera la competitividad de un sector con amplio compromiso tanto social como ambiental y que ha traído paz y estabilidad a las regiones productivas de Urabá, Magdalena y La Guajira.
Para nuestro gremio, como para el sindicato, si tenemos una reducción en el ingreso al productor se ocasionaría una pérdida de empleos. Como industria generamos 30.000 empleos directos y 100.000 indirectos, que representan estabilidad social y económica para las regiones y 130.000 familias. Incluso, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) viene liderando una convocatoria para todos los actores de la cadena bananera, con el objetivo de mejorar salarios.
Por más de 30 años hemos trabajado en equipo por el bienestar de quienes hacen parte del sector. El 98% de los trabajadores está sindicalizado y 15.000 cuentan con vivienda propia. En remuneración, seguridad social integral y prestaciones extralegales estamos a la vanguardia de países productores. Incluso, nuestros trabajadores son los mejor remunerados del agro colombiano.
Por otra parte, a nivel ambiental presentamos avances importantes. La mayoría de nuestras fincas cuentan con múltiples certificaciones y cumplen con planes de manejo ambiental de estándares internacionales, los cuales cada vez son más exigentes en suelo, agua y aire. La implementación y mantenimiento de tan importantes programas ha representado cuantiosas inversiones por parte de los productores y comercializadoras en los países de origen de la fruta.
Toda esta sostenibilidad social, ambiental y económica se ve amenazada con este tipo de políticas, que desconocen la importancia del equilibrio económico en el valor de la caja de banano como justo reconocimiento a una actividad empresarial que se preocupa por el bienestar de los trabajadores.
La búsqueda del equilibrio económico no puede ser ajena a las realidades de una industria impactada por los incrementos de salarios, cartón, fertilizantes, combustible e inversiones imprescindibles para el respeto por el trabajador y las regiones donde operamos.
Estamos seguros de que el consumidor final desconoce y no respaldaría una política que anula los esfuerzos de los productores en los países de origen para poner en sus manos fruta de alta calidad, producida con equidad social y responsabilidad ambiental.
Asimismo, hacemos un llamado respetuoso a compradores para que revisen políticas comerciales, teniendo en cuenta la producción sostenible, la responsabilidad social empresarial y la conservación del ambiente.