Petro y sus contradicciones
Colombia es un país con muchos problemas, con muchas limitaciones, pero también somos una nación que en las últimas tres décadas ha progresado y que tiene grandes posibilidades hacia el futuro. Sin embargo, ese progreso y crecimiento económico no han sido distribuidos de una manera equitativa. Las brechas económicas entre las regiones y la capital han aumentado. Las brechas de ingresos entre los diferentes sectores de la población han aumentado también. Esas desigualdades económicas son una fuente de resentimiento y polarización, y el país (no solo el gobierno, sino todos los ciudadanos) tenemos la obligación de trabajar para combatir esas brechas.
Personalmente, creo que con mejor educación e inversión social podemos cerrar esas brechas en el mediano y largo plazo. Desafortunadamente, en el corto plazo ese resentimiento y polarización están siendo utilizados por una alternativa populista que representa una amenaza seria contra nuestra democracia, libertades y derechos individuales. A finales de los años 90, Hugo Chávez habilidosamente canalizó una frustración y polarización similar para hacerse elegir presidente democráticamente. Hoy, 20 años más tarde Venezuela tiene una dictadura, 30 millones de pobres, de los cuales seis millones viven en el exilio por razones económicas.
A pesar de que la candidatura de Petro parece copiada del manual de Hugo Chávez, traté de darle el beneficio de la duda y entender quién es Petro como candidato, pero ha sido una tarea imposible porque solo aparecen contradicciones. Les comparto algunas de esas observaciones.
La primera es que se presenta como el candidato “anti-establecimiento”, pero al mismo tiempo lleva alrededor de cuarenta año ocupado cargos públicos como personero y concejal en Zipaquirá, representante a la cámara (tres periodos), senador (dos periodos), cargo diplomático (dos años durante el gobierno Samper), alcalde de Bogotá (4 años), etc. Tal vez, desde Julio César Turbay Ayala (a comienzos de los años 80) no habíamos tenido un candidato presidencial con más años en el sector público.
La segunda son sus cuestionamientos constantes a la constitución del 91 y las instituciones democráticas creadas por esta. Petro no solo ayudó a escribir la constitución (como constituyente), pero además el partido político que representaba en ese momento (Alianza Democrática M-19) era parte de la presidencia de la Asamblea Constituyente. Petro tuvo voz y voto durante los debates que crearon la constitución. Y como si fuera poco, durante cinco períodos en el Congreso (casi 20 años) ha tenido la posibilidad de introducir reformas o leyes a los sectores que él considera prioritarios. Pero no existe una sola ley en materia educativa, o de salud, o de empleo, etc., que haya sido iniciativa de Petro.
La tercera es su afirmación que en Colombia como en Venezuela no existe democracia cuando desde los años 80 en Zipaquirá, Petro ha participado en cantidad de elecciones democráticas. Fue elegido democráticamente para escribir la constitución del 91, elegido 5 veces como congresista, dos veces candidato a la alcaldía de Bogotá (ganando en la segunda ocasión), tres veces candidato a la Presidencia de la República; y en todas esas participaciones ha recibido las protecciones y financiación que nuestra democracia ofrece.
La cuarta es un interés permanente de acabar con Ecopetrol. Ecopetrol es una fuente esencial en el financiamiento del aparato estatal a través de impuestos, regalías y dividendos. Los sueldos de casi 20 años en el congreso o de los dos años en la embajada en Bélgica que ha recibido Petro han salido del erario donde el aporte de Ecopetrol es fundamental.
La quinta son sus criticas frecuentes a las universidades privadas cuando él es egresado de una universidad privada (el Externado) y en Bélgica, cuando estaba en la embajada se matriculó en una universidad privada.
En fin, tenemos una democracia abierta y plural que permite la participación de todo tipo de candidatos incluso los que presentan un mar de contradicciones.
Sigo siendo optimista y como escribí en estas mismas páginas en diciembre 2021 “…Una vez sea derrotado Petro, es necesario un gran acuerdo político de los partidos de centro que permita aprobar reformas estructurales enfocadas a crear más fuentes de empleo formal y disminuir las grandes desigualdades sociales que padecen varios sectores y regiones del país.”