Analistas 27/10/2017

Por la calidad del medio ambiente

Juan Carlos Mira
Presidente de Asocaña

Harvey, Irma, José devastaron al Caribe, Puerto Rico y Houston, entre otros lugares, con graves consecuencias y pérdidas humanas y materiales. Rápidamente muchos ambientalistas afirmaron que el creciente número de huracanes y su potencia se ha incrementado debido al cambio climático. Aunque no está científicamente demostrado que haya una causa efecto, lo que sí podemos decir es que la tierra nos está enviando señales de que tenemos que hacer algo por su conservación, como lo es el reciente desprendimiento del Iceberg en la Antártida.

Esto no es ciencia ficción, ni un tema apocalíptico, y menos ideológico, hay evidencia científica que la tierra ha aumentado su temperatura, y que de seguir en esta senda las consecuencias para nuestro planeta y nuestra vida van a ser catastróficas.

De la misma manera en que la modernidad ha traído mayor demanda de energía y que hasta el momento ésta en su mayoría proviene de combustibles fósiles (petróleo, carbón y gas), que al quemarlos liberan grandes cantidades de gases efecto invernadero (GEI), la investigación y la innovación han descubierto nuevas formas de generación de energía que son sostenibles con el medio ambiente.

Estamos en lo que podríamos denominar una transición hacia una revolución energética y Colombia no se está quedando atrás. Crecientemente estamos incursionando en la producción de energías renovables como la cogeneración a partir de bagazo que produce el sector agroindustrial de la caña, y que hoy genera la cantidad de energía suficiente para un millón de colombianos. O la producción de bioetanol a partir de la caña, en la cual Colombia se ha posicionado como el tercer productor en América Latina, después de Brasil y Argentina.

El bioetanol de caña, por sus características, ayuda a mitigar los efectos del calentamiento global, al reducir las emisiones de gases efecto invernadero en 74%. Por lo tanto, al mezclarlo con la gasolina mejora su calidad y la hace ambientalmente más sostenible.

La producción de bioetanol de caña en Colombia, inició como respuesta a una política pública que busca promover el desarrollo de energías alternativas, el cuidado del medio ambiente y el desarrollo rural y agroindustrial. A ésta se unieron seis ingenios que invirtieron más de US$255 millones en destilerías y que hoy producen 430 millones de litros anuales de bioetanol.

El Gobierno Nacional, coherente con su política ambiental y sus compromisos internacionales de reducción de emisiones, expidió una resolución que incorpora variables ambientales para el bioetanol que se consuma en el país, sea importado o nacional, con el fin de mitigar la generación de gases efecto invernadero. La resolución impone un límite máximo de emisiones de gases efecto invernadero, el cual progresivamente se vuelve más exigente. De esta manera, en 2017 el límite máximo de huella de carbono para el bioetanol que se venda, transporte y consuma en el país será de 962 kg de CO2, y en 2021 será de 780 kg de CO2. El bioetanol deberá contar con un certificado del inventario de emisiones de GEI, que se calcula desde su siembra hasta la puerta del distribuidor mayorista.

Se establece un período de transición para el bioetanol importado que a la fecha de publicación de la resolución se encuentre en el país, el cual quedará exento del cumplimiento de lo establecido en ésta.

Celebramos dicha resolución pues la misma garantiza que en Colombia consumamos un bioetanol de calidad, contribuyendo así a mitigar los efectos del cambio climático y a la protección de los ecosistemas.

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