Empresas calidosas
En Colombia, el término “calidoso” se utiliza para referirse a alguien con buena actitud, cordial, simpático, servicial, agradable, querido por todo el mundo. La definición aplica perfectamente a Rigoberto Urán, a Egan Bernal y a Mariana Pajón, tres de nuestros grandes ciclistas que han dado tantas alegrías al país y que se han caracterizado por ser excelentes personas.
Hace poco fueron presentados los resultados del más reciente estudio de Merco Empresas y Líderes Colombia 2019, un informe que evalúa la reputación corporativa de las compañías y de los líderes empresariales del país. La reputación se ha convertido en uno de los atributos más importantes para las empresas y sus directivos pues, de cierta manera, mide el nivel de aceptación de su objeto social entre los distintos grupos de interés que guardan algún tipo de relación con ellas, ya sean sus propios clientes, proveedores, competidores, gobierno, ONGs, medios de comunicación, analistas financieros, entre otros.
Algunas semanas antes de que saliera este informe, la Business Roundtable, organización empresarial que reúne a las 200 compañías más grandes de Estados Unidos, publicó un manifiesto firmado por todos los CEOs en el que redefinen cuáles serán los propósitos superiores de sus empresas a partir de ahora, pues por años pareciera haber primado únicamente la generación de rentabilidad para los accionistas, dejando de lado a los demás grupos de interés.
Mucho se ha especulado sobre las razones que motivaron la redacción de este documento: ¿sentido de culpa? ¿sostenibilidad amenazada? ¿reputación empañada? ¿marketing y free press? ¿todas las anteriores y otras que se desconocen?
Precisamente, uno de los principales cuestionamientos que hace la sociedad a las empresas no es si están ganando mucho dinero, sino cómo lo están invirtiendo; no se les pide que publiquen sus secretos industriales ni que donen sus utilidades, sino que funcionen de manera responsable y transparente, procurando que las relaciones con todos los grupos de interés sean justas, pues ninguna empresa está aislada de su entorno; es más, necesita de él.
El manifiesto recoge los compromisos que han asumido estas grandes corporaciones, entre los que destacan: entregar valor a los clientes, sobrepasando sus expectativas; invertir en la formación y el desarrollo de los empleados, compensando su trabajo de forma justa, promoviendo la inclusión, la dignidad y el respeto; negociar justa y éticamente con los proveedores; apoyar a las comunidades y proteger el medio ambiente en los lugares donde operan; generar valor para los accionistas, quienes suministran el capital necesario para invertir, crecer e innovar.
No hay que ser una gran corporación para poder construir buenas relaciones con los grupos de interés. Cualquier empresa, así sea pequeña y no aparezca en ningún ranking, juega un papel vital en la economía del país. Lo verdaderamente importante es que sea una empresa querida por todos: una empresa calidosa.