Mandamientos tributarios
“Paraísos fiscales e infiernos tributarios” es un libro muy oportuno, que todos los contribuyentes deberíamos leer para ejercer la defensa propia ante la nueva andanada de impuestos que se nos viene con la reforma tributaria. El autor es el jurista y consultor argentino, especializado en finanzas y en planificación patrimonial internacional, Martín Litwak. En el capítulo XI del libro, Litwak presenta un decálogo que vale la pena transcribir y comentar brevemente:
1. “No siempre existió el impuesto a las ganancias y no todos los países del mundo actualmente lo cobran”. El impuesto de renta o a las ganancias se estableció en Colombia en 1918, casi un siglo después de la independencia. Los países modernos han podido financiarse durante muchos años sin impuestos que castiguen el éxito. No debería ser intocable.
2. “La competencia fiscal es sana, como lo es la competencia en cualquier orden de la vida”. Sólo los gobiernos derrochadores se oponen a competir con otros países en materia de impuestos para atraer ahorro e inversiones.
3. “La planificación patrimonial internacional es, en todo momento y lugar, una actividad lícita”. Si de verdad se respeta la libertad y la propiedad, todos deberíamos poder organizar nuestras pertenencias para, dentro de la ley, pagar la menor cantidad de impuestos posible.
4. “El lavado de dinero y el financiamiento del terrorismo no tienen nada que ver con los sistemas tributarios ni con la percepción de impuestos”. A los delincuentes no les importa tanto pagar impuestos altos, siempre y cuando puedan entrar su dinero ilícito en el sistema financiero.
5. “Las jurisdicciones offshore no son malas, sino que, por el contrario, tienen efectos positivos hasta para quienes no las utilizan”. Así como las aerolíneas de bajo costo o las tiendas de descuento agresivo contribuyen a limitar el aumento de los precios de los tiquetes aéreos o de los productos en los supermercados tradicionales, las jurisdicciones de baja o nula tributación tienden a limitar el aumento de los impuestos en los países con alta tributación.
6. “Los impuestos deben ser tan bajos como sea posible, con tal de que alcancen para solventar los costos del funcionamiento del Estado”. Los impuestos altos incentivan la evasión fiscal, mientras que los bajos incentivan la inversión y el consumo, contribuyendo a estimular un mayor crecimiento económico, el cual, a su vez, tiende a incrementar la recaudación tributaria.
7. “Si se utilizan, además de para ello, para alentar ciertas conductas y comportamientos, entonces deben limitarse a incentivar ahorro e inversión, no el consumo”. Así se tendrá un crecimiento sano.
8. “Un sistema impositivo cuyo objeto es redistribuir riqueza está condenado al fracaso, porque establece incentivos absolutamente inadecuados”. Ponerle impuestos a la creación de riqueza y al ahorro para financiar subsidios permanentes a la improductividad, tiende a frenar lo primero y a estimular lo último.
9. “No existe relación alguna entre moral e impuestos”. Los “impuestos solidarios” no existen. Son un oxímoron. Decía sabiamente, Fréderic Bastiat: “la solidaridad es espontánea o no es solidaridad. Decretarla es aniquilarla”.
10. “La privacidad es un derecho humano que no debe ceder ante la mera conveniencia del Estado”. Mientras no exista una violación probada a las normas tributarias nuestra información debería permanecer reservada.