Analistas 03/10/2023

¿Pagar por leer noticias?

Juan Isaza
Estratega de comunicación

Quizás la más grande revolución de la última década en términos de contenido ha sido lograr que la gente pague por la información y por el entretenimiento. Los primeros años de internet, con fenómenos como YouTube, habían generado una percepción de que los contenidos eran gratis. La mayoría de los medios derivaban sus ingresos de las plataformas tradicionales o de la publicidad, de manera que dejaban libre el acceso para los contenidos en internet. Hasta que la mezcla del negocio cambió y la gran mayoría de los usuarios ahora estaban online. Los ingresos por la publicidad a raíz del tráfico online no parecían suficientes.

Posiblemente el mejor ejemplo de una transición exitosa es The New York Times que en 2011 limitó el acceso a los contenidos y estableció el muro de pago. La situación económica hacía imposible seguir manteniendo el diario más famoso del mundo sólo con la publicidad y los suscriptores del impreso. A pesar de las polémicas internas, los directivos de The New York Times lograron demostrar que con calidad era posible cobrar por la información. Hoy es una empresa rentable más que sana en sus finanzas gracias a esa revolución que ya cumple una década. Hoy 67% de sus ingresos vienen del pago de los suscriptores, 90% de los cuales son digitales.

La pandemia fue la gran impulsora de los contenidos pagos. Para The New York Times así como para Netflix, Disney o Prime fue la gran expansión de negocio ante un ciudadano que tenía que permanecer en casa y que necesitaba entretenerse y entretener a su familia. Los contenidos fueron los centros comerciales o incluso las vacaciones de muchos.

Hoy la situación es diferente. Los hogares viven una presión por mantener el acceso a los mismos servicios cuando la inflación les golpea. Un estudio reciente de Ipsos a nivel global demostró que la inflación es a lo que más le teme el ciudadano, por encima del crimen y la violencia, e incluso por encima de la pobreza, la corrupción o el desempleo. ¿Podrán los ciudadanos mantener la suscripción a los contenidos en un entorno de creciente presión económica?

Según un estudio de Reviews, 44% de quienes cancelan servicios de contenidos pagos lo hacen para cortar gastos que consideran innecesarios. Aunque la cultura de pagar por los contenidos, particularmente por la información, ha ganado terreno y ha concientizado a los usuarios del valor de la información, no sabemos hasta dónde la situación económica le ponga límite a los consumidores en gastos como este.

The New York Times se mantiene como el mejor ejemplo porque paralelo a la implementación de su muro de pago lanzó una campaña, que se hizo viral, en la que concientizaba a las personas del gran esfuerzo que hacen los periodistas para obtener un reportaje.

El cambio de paradigma se ha logrado en muchos medios de comunicación. La gente ha entendido que los anuncios no son suficientes para mantener el medio. Esperemos que la presión económica sobre los bolsillos del ciudadano no retroceda lo que a los medios tanto les ha costado lograr. En la libertad financiera de los medios siempre ha estado soportada la libertad de prensa. El pago del usuario es una fuente de ingreso que garantiza la independencia de cualquier medio pues quien paga sólo está interesado en la calidad del contenido. Ojalá que pueda seguir siendo así.

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