En un reporte reciente de tendencias globales se hablaba del crecimiento que están teniendo las bebidas sin alcohol como parte de la fiesta. Y esto resulta interesante porque hemos estado acostumbrados a hablar del tema casi siempre refiriéndonos al conductor elegido y al consumo responsable, y por lo tanto, nunca con un rol realmente protagónico. No estamos hablando de Colombia ni de muchos países en desarrollo, pero en otras latitudes, resulta que la categoría de las bebidas sin alcohol en la fiesta sube tanto que marcas como Heineken están teniendo un crecimiento de doble dígito. Su producto 0.0 se ha convertido en una carta clave para el futuro de la compañía. AB Inbev dice que espera que para el 2025 una quinta parte de sus ventas sea de productos de bajo contenido alcohólico o sin alcohol. ¿Qué hay detrás de las noches sobrias y por qué podrían ser amenaza para algunos negocios y oportunidad para otros tantos innovadores?
El primer elemento de contexto que vale la pena mencionar es el cambio generacional en la definición de la fiesta. La generación Y ha desarrollado un estilo de vida muy diferente con otro tipo de motivaciones. En un estudio que hizo hace un par de años The Guardian, en el Reino Unido, contaba que una inmensa mayoría de los millennials preferían una noche en casa que una noche afuera. El plan de quedarse en la casa para conversar, cocinar, competir en videojuegos, o ver una película y tener sexo (el muy famoso ‘Netflix and chill’) son planes que resultan para los millennials algo mucho más interesante que las fiestas y los clubes nocturnos que marcaron a otras generaciones. No nos olvidemos, además, que la función histórica del bar como el lugar que permitía conocer potenciales parejas, hoy vive la inmensa amenaza de aplicaciones como Tinder.
Pero también hay quienes le dan parte de la responsabilidad de este cambio a estilos de vida más conscientes donde el guayabo o los excesos ya no son tan populares. Habría que mencionar aquí que la marihuana va ganando un espacio en el futuro de la fiesta.
No nos olvidemos de la alianza entre AB Inbev y Tilray, la compañía canadiense de productos derivados del cannabis con el propósito de explorar el desarrollo de una bebida, alianza que capturó miles de titulares hace algunos meses. Las grandes multinacionales de bebidas alcohólicas son conscientes de lo mucho que puede cambiar la rumba desde que Canadá y múltiples estados de Estados Unidos han permitido el uso medicinal y recreativo del cannabis.
Las nuevas formas de divertirse están influidas por muchos cambios sociales y culturales. Obviamente, la tecnología y la conectividad también han puesto una parte importante en los nuevos hábitos. El mundo ha ido perdiendo muchos de los paradigmas que le daban un direccionamiento único al entretenimiento nocturno y en cambio hoy las definiciones son mucho más plurales. Quizás los bares, clubes y muchos de los negocios que han vivido de la fiesta y la bebida en exceso, hoy comienzan a ver que el mundo (al menos en los países desarrollados) los está obligando a reinventarse. Sobre todo para ofrecer algo que resulte tan atractivo que sea capaz de ganarle a la creciente oferta de entretenimiento que cada vez más ciudadanos del mundo quieren vivir en sus casas.