Colombia se moviliza y opera en gran parte gracias a los combustibles líquidos. Un poco más de 40% de la energía que se demanda en el país proviene de los mismos. Aviones, buques, empresas y más de 18 millones vehículos terrestres dependen de su suministro confiable.

Su distribución es un proceso poco visible y conocido por la ciudadanía en general. Garantizar su disponibilidad requiere y depende de una logística que articula a varios actores de la cadena de suministro: refinador/importador, productores/importadores de biocombustibles, trasportadores, distribuidores mayoristas y minoristas, la función de cada uno de ellos es crítica para que el país no se detenga.

De acuerdo con cifras presentadas por la ACP, durante 2022 en Colombia se consumieron 345.000 barriles (KBD) diarios de combustibles líquidos, representando un incremento en su demanda de 14% respecto a 2021. A su vez, el gremio proyecta un aumento de 2,5% en la demanda de estos productos para 2023 y que continúen creciendo anualmente durante la próxima década al tiempo que otros tipo de energía, como la eléctrica y el hidrógeno, irán entrando a la matriz energética también.

En este sentido, garantizar el adecuado abastecimiento de combustibles líquidos es un reto de grandes proporciones con una prioridad alta para el país, reto que no es ajeno a eventualidades que dificultan superarlo. Entre otras, desastres naturales como temblores y deslizamientos, demoras en los procesos de importación , eventuales paradas en los sistemas de refinación y atentados a la infraestructura constantemente requieren de la activación de planes de contingencia coordinados de los diferentes agentes de la cadena. Es en estas circunstancias donde gobierno y empresa privada deben alinearse muy rápidamente para evitar que partes del país se paralicen. Hoy lo estamos viviendo en los Llanos Orientales y a comienzos de año lo vivimos en el sur occidente.

Desde Primax trabajamos para minimizar las disrupciones de suministro implementando sistemas de control de inventarios en línea, que proporcionen en tiempo real la cantidad de producto disponible en nuestras terminales y estaciones de servicio para ayudar a garantizar su disponibilidad de producto a los consumidores.

De cara al futuro existen oportunidades de mejora para fortalecer la cadena de suministro, entre otras están la implementación de almacenamientos estratégicos, preferiblemente conectados a la red de poliductos; la ampliación de la red de poliductos para llegar de manera más eficiente a los sitios más apartados de Colombia y la interconexión de las refinerías de Cartagena y Barrancabermeja para lograr sinergias en la producción y minimizar impacto en la huella de carbono derivada del tránsito de producto en camiones tanque.

El reto de movilizar a Colombia es y seguirá siendo una prioridad. El desarrollo de un país va acompañado de un mayor consumo de energía per cápita y necesitaremos de todas las fuentes disponibles si queremos seguir por esta senda.