¿Aspersiones aéreas para cuándo?
Desde el gobierno pasado se suspendió la aspersión aérea para combatir el narcotráfico. Sin motivos claros, tal vez fruto del proceso de paz, los cultivos ilícitos dejaron de perseguirse y hoy Colombia sufre de nuevo el problema de las drogas en casi todos sus ámbitos.
Desde el año 2014 el país presenta un incremento casi lineal en el cultivo de mata de coca. De 50.000 hectáreas en el año 2013 se pasó a 100.000 en 2015 hasta llegar a 170.000 hectáreas aproximadas de cultivo en 2017, el cual se ha mantenido hasta el momento con una pequeña baja en 2019. Según la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito, durante el gobierno pasado se redujo en 90% la erradicación manual y la producción de cocaína aumentó; para 2019 se tenía calculado un ingreso de casi $7 billones en la venta del alcaloide tipo exportación.
Esta cadena de producción sin la aspersión aérea es casi imposible de combatir; según la citada oficina los cultivadores reciben alrededor de $2,7 billones solamente por los cultivos y participan según, estimaciones, casi 170.000 familias; además, la mata de coca se da cuatro veces al año, superando la producción de cualquier otro producto y se paga en efectivo. El negocio crece exponencialmente cuando se vende a actores ilegales y estos la convierten en clorhidrato de cocaína; el precio se duplica y ya en calles internacionales puede llegar a valer cinco veces más.
Detrás de ese magnífico negocio están operando estructuras armadas, bandas delincuenciales y los carteles que cada vez hacen mejor su trabajo en el blanqueo de dinero. La lucha de frente contra el narcotráfico parece suspendida desde el gobierno anterior; la guerrilla no entregó las rutas del narcotráfico en la negociación y los terroristas desde sus curules pontifican, pero poco dicen del negocio ilícito que manejan las llamadas disidencias. El actual gobierno no ha querido entrar en la discusión, pero emitió el Decreto 380 de 2021 en donde brinda unos parámetros para retomar el combate contra los cultivos y deja la puerta abierta para la aspersión aérea de nuevo.
¿Es el glifosato la solución para la erradicación de cultivos? No, pero es indiscutible que ayuda; los reparos en materia de salud y ambientales no se comparan a la destrucción de los bosques y la contaminación del agua que produce el cultivo de coca y la producción de cocaína, sumado al problema de salud pública que comienza a generar también en un país productor como Colombia.
No existe por tanto una solución perfecta para la erradicación de cultivos, pero requiere una intervención urgente; el aplazamiento de la aspersión aérea no da más. Hoy Colombia produce 70% de la cocaína que se consume en el mundo, el blanqueo de dinero permea nuevas estructuras y ya no es despreciable el consumo de dichas drogas dentro del país; el monstruo crece a la vista de todos y ya es hora de atajarlo antes de que se vuelva incontrolable o volvamos a las guerras vividas en los 90.