El dinero también es cariño
Un amigo empresario hace unos pocos días celebró la fiesta de despedida del año de su empresa; en su discurso dio las gracias a Dios y a los empleados por haber superado la crisis y resaltó dos temas: la importancia del trabajo en tiempos difíciles y cómo el cariño debe verse representado no solo con un abrazo sino con una contribución económica.
En el discurso habló de trabajar: él salió de la casa con $23.000 y durante muchos años trabajó de sol a sol hasta que comenzó a montar empresa, no recibió ningún subsidio del gobierno, no le regalaron una manutención mensual ni siquiera un préstamo; con trabajo, inteligencia y disciplina tiene una empresa con más de 600 empleados activos y acaba de superar la peor crisis, pues su sector es el del entretenimiento; por eso habló de la peligrosa cultura de lo regalado.
Hay personas que se creen con derecho a que les regalen porque ellos no tienen, porque el gobierno les debe proveer todo incluso la manutención, porque hay otros que tienen y deben compartir obligatoriamente con quienes tienen menos; esas ideas que apoyan algunos candidatos son el caldo de cultivo para que se siembre la cizaña en los electores y terminen apoyando el ataque contra la propiedad privada. Por eso este amigo empresario finalizaba su discurso diciendo que nunca se había metido en política, pero esta vez lo hacía pues le daba miedo que los candidatos populistas fueran ganando aceptación con estas ideas del no trabajo, del subsidio, del regalo, pues estaba convencido de que aquello era la ruina de la empresa y del país.
Según Fedesarrollo el país cerrará con un crecimiento del 9,5% lo que muestra una buena recuperación; sin embargo, datos de Capital Economics muestran que Colombia es la tercera moneda más devaluada frente al dólar con un 13,4%; al parecer el impulso dado por el gobierno central a la economía ha traído el nerviosismo entre los inversionistas y a ello se suma la inestabilidad política de las próximas elecciones.
Los empresarios para lograr el éxito recorren un camino largo, lleno de caídas y de quiebras; con esfuerzo logran valorar cada peso que se gana y saben que el dinero también es cariño. Hay una frase popular que el dinero no compra felicidad, pero da calidad de vida, comida, educación y quita preocupaciones; no lo es todo, pero ayuda bastante. Por ello es valioso que las ganancias que se tienen se compartan con los empleados, ellos son la base de cualquier empresa y de su motivación depende que todos crezcan.
Por lo tanto es deber en este diciembre de todos los empresarios compartir, saber que el cariño se refleja también con el dinero a los demás: no basta una buena fiesta, es necesaria una compensación económica con la cual los empleados se sientan motivados y logren así desterrar de sus corazones la cultura del subsidio, del regalo sin merecerlo; entre todos podemos hacer entender que el trabajo dignifica al hombre y que tiene su recompensa; empresas que salen adelante son colombianos que salen adelante. El dinero también es cariño y vale la pena ganárselo con el trabajo propio.