Enseñarles a los sensibles
Con preocupación una madre me contaba que le tenía pánico a corregir a sus hijos de manera severa, pues notaba que esta generación era mucho más sensible y temía por el suicidio de alguno de ellos ante una situación adversa.
En Colombia, según el ICBF, el 13% de los suicidas son menores de 18 años. Esta tasa, a nivel mundial, se ubica como la cuarta causa de muerte infantil; si bien sus cifras son altas, algo dicen de esta nueva generación que dentro de poco decidirá el futuro del mundo.
Sin lugar a dudas una de las características de las generaciones venideras es la sensibilidad por su entorno. Nunca se habían discutido en el mundo los temas del cuidado ambiental, del derecho de los animales y de las libertades absolutas. La generación de 25 años para atrás ha crecido en uno de los momentos de mayor prosperidad en el mundo y sus necesidades han sido distintas a las de cualquier otro periodo en la historia. La tecnología ha sido una gran aliada para que cualquier mensaje llegue a todos los rincones donde existe internet; debido a ello, reclamos como los de Greta Thunberg se vuelven virales.
Es sano reconocer que convivimos en un ecosistema que merece el cuidado de todos; darle valor a los más necesitados también. Pero no se puede desconocer lo construido hasta el momento; costó mucha sangre el pasado para no darse cuenta que los privilegios de la mayoría de países desarrollados son fruto de grandes luchas, no en vano se van a cumplir por primera vez en la historia 100 años sin una gran guerra.
En Colombia, la situación no es distinta; ahora se puede transitar casi por cualquier carretera; las tomas a sangre y fuego de los municipios casi han sido superadas; la seguridad social en casi cualquier trabajo formal es una realidad.
La economía también ha crecido, Colombia de ser un país descertificado en el pasado es hoy un destino turístico apetecido. Claro que faltan muchas cosas, pero es necesario conocer el pasado para poder tener criterio en lo que realmente se debe cambiar. Ha sido un error de la educación el querer vender una historia distinta, ya sea por el adoctrinamiento de algunos profesores o porque los terroristas son hoy congresistas; las nuevas generaciones deben conocer las huellas del pasado para juzgar mejor el presente; extraña que tantas de ellas juzguen los gobiernos de “paramilitares” sin haber vivido realmente ese fenómeno; extraña que tantos votos de los jóvenes sean de izquierda; extraña que la sensibilidad los lleve a preferir los animales a un niño que está por nacer.
Hay una labor pendiente para los nuevos padres y sobre todo para los educadores: enseñar de dónde venimos y por qué estamos mejor que siempre. Hay 6 millones de nuevos electores que saldrán a votar en las próximas elecciones; no todos son afines a las ideas progresistas, pero la mayoría, según las encuestas, lo son; a veces las generaciones tienen que aprender viviendo los errores ya que no fueron capaces de reconocerlos estudiando el pasado; estamos a tiempo de volver a ser fuertes para evitar las guerras de siempre en el futuro.