La efectividad de las sanciones económicas
Donald Trump esta semana anunció sanciones económicas para Maduro en caso de que insistiera en la constituyente que viene promocionando, para tratar de recuperar algo de gobernabilidad, en un país que desde hace rato va camino a la ruina.
Muchos piensan que es un anuncio más de un gobernante algo populista. Las sanciones económicas para gran parte del imaginario hace rato dejaron de ser importantes, pues pareciera con Cuba y Corea del Norte que no son efectivas. Sin embargo olvidan que una de las formas de ganar la guerra en la antigüedad era con los asedios: impedir durante algún tiempo el ingreso de alimentos, especialmente agua y bloquear el intercambio comercial, conducía inevitablemente a la rendición del asediado. La primera guerra mundial fue también un buen ejemplo; países que no avanzaban un centímetro en la guerra desde hace varios meses, terminaron venciendo ante la imposibilidad de ingresar materias primas a Alemania. Pero, ¿por qué subsisten Cuba o Corea del Norte? Para nadie fue un secreto que distintas potencias les ayudaron en una época; sin embargo, hoy, las hambrunas en ambos países y el atraso tecnológico e industrial son parte de las tristes consecuencias: salvar aunque sea la vida ante un invento fracasado como lo es el socialismo. Por eso no hay ejemplos de gente que quiera escapar a Cuba, pero sí miles de pobres isleños queriendo llegar a costas americanas.
Por lo tanto no es ningún chiste la amenaza de Trump, mandatario que en poco tiempo ha sabido hacer cumplir lo que promete. Venezuela en el año 2015 vendió mas de US$15 millones en productos, 90% petróleo; en 2016 casi US$11 millones, estadísticas que demuestran una reducción dramática después de estar vendiendo más de US$30 millones en los años 2013 y 2014. Una nueva sanción económica llevaría a una crisis aún mas profunda a un pueblo ya azotado por la hambruna. Lo triste es que dicho gobierno, corrupto desde sus cimientos y contaminado por escándalos hasta de drogas, no dejará el poder así termine peor que Cuba o Corea del Norte.
Colombia también viene teniendo un descenso en las ventas a Estados Unidos, no tan dramáticas como las de Venezuela; de más de US$21 millones en el 2013 aparece con US$13 millones en 2016. Fruto también del petróleo. Aún así no deja de ser una oportunidad para el país volverse un mejor aliado de los americanos.
Se dice que aprender de sus propios fracasos da experiencia y aprender de los fracasos ajenos sabiduría. Haciendo caso al refrán, resulta preocupante cómo existen sectores en Colombia que defienden el modelo venezolano, peor aún, el cubano. No han bastado las muertes y los fracasos para aprender la lección; por ello me pregunto, ¿qué hace el presidente con otro viaje a Cuba buscando, como dice, alianzas comerciales? Habrá que recordarle otro adagio: dos pobres unidos no hacen un rico, solo hacen dos pobres.