La inclusión no puede ser forzada
Hay una película en el cine que está rompiendo la taquilla gracias a la fidelidad de su historia: Mario Bros. Alejándose de algunas tendencias, ha recreado de manera original el eje central del videojuego y ha sabido entretener a grandes y chicos.
No han sido pocas las voces que se han alzado por su falta de “inclusión”. La historia simplemente representa al videojuego y no le agrega nada de las nuevas culturas progresistas. Por otro lado, parte de la crítica ha alabado su fidelidad y ha aplaudido el no dejarse llevar por esa tendencia “woke” tan popular en estos momentos. La película ya se acerca a los mil millones de dólares en todo el mundo y es tendencia.
Desde hace unos años, diversas compañías han hecho un esfuerzo para incluir personas de diferentes orígenes y orientaciones en películas, series, libros y otros medios de comunicación. Su lucha ha llegado al punto de incluir casi de manera obligatoria un personaje con orientación sexual distinta a la heterosexual o de otra raza en algún papel. Las críticas no se han hecho esperar, pues algunas situaciones han sido ridículas, como cambiar la raza de Cleopatra en una reciente serie o el cambio de orientación sexual en personajes animados famosos.
Sin embargo, la inclusión forzada de ciertos grupos puede ser perjudicial y no garantizar un verdadero progreso en términos de igualdad. La inclusión puede parecer una buena idea al principio, al tratar de familiarizar y reivindicar minorías.
El problema es que a menudo se hace de manera superficial, sin tener en cuenta la complejidad de los problemas y desafíos que enfrentan estos grupos en la vida real. En muchas películas y libros, la inclusión de personajes de diferentes orígenes no se realiza de manera auténtica y se incluyen para cumplir con una cuota o un requisito sin profundizar en sus historias o personalidades. Esto puede dar la impresión de que estas personas son solo una estadística o una herramienta de marketing para atraer a un público más amplio, y no se les da el tratamiento que merecen.
Otro problema con la inclusión forzada es que, en lugar de generar un ambiente de igualdad y respeto mutuo, puede generar el efecto contrario. Las personas al sentir que se les están imponiendo determinados temas pueden terminar generando rechazo. Los temas forzados no suelen tener buen recibimiento. Algunas producciones, como las revistas de Marvel en los últimos años, han tenido grandes disminuciones en sus ventas. Sus historias no han llamado la atención y algún ejecutivo en el año 2017 criticó sus arcos “incluyentes” que no calaron.
La inclusión auténtica y efectiva en los medios culturales es un paso importante hacia la igualdad y la justicia social. Sin embargo, la inclusión forzada no es la respuesta. En lugar de incluir a las personas en la cultura popular de manera superficial, es importante profundizar en sus historias y desafíos, pero, sobre todo, darles el tratamiento auténtico, eso también es respeto. Mario Bros es exitosa por su historia, por querer simplemente entretener, sin meterse en debates a los que no tiene lugar.