La tormenta del comercio mundial
Una situación tensa vive el mundo con el problema del transporte de carga; todos los puertos tienen barcos represados y el suministro está en crisis; con ello las materias primas y todo lo importado está subiendo.
La pandemia hizo que el transporte marítimo tuviera una caída casi vertical. Este, que transporta alrededor de 90% del comercio mundial, sufrió un duro revés: durante meses, desde China y los principales puertos solo salía material médico para combatir la pandemia; debido a ello se empezó a acumular todo el resto del comercio; además muchas empresas logísticas de la cadena de distribución quebraron en la coyuntura y hoy la recuperación vuelve todo más lento.
Toda esta situación ha traído un encarecimiento de diversos productos, no solo por la manufactura sino por los aumentos exagerados del transporte; un contenedor de China a EE.UU. que valía US$2.000 está costando más de US$20.000 y un barco que llegaba a Estados Unidos se demoraba en promedio tres días en cargar y devolverse; hoy se está demorando dos semanas o más. Con esta situación las navieras, que ya venían acarreando pérdidas, decidieron a nivel mundial subir sus fletes y disminuir la operación de los barcos porque sencillamente la logística no da abasto. Un fenómeno adicional es que, con la apertura, el consumo se ha disparado; según la BBC, el dinero que destinaban los americanos a turismo lo están invirtiendo en demanda de productos: para juguetes y artículos deportivos ha subido el requerimiento un 74%, electrodomésticos un 49%, y la totalidad de bienes de consumo un 22%.
A las restricciones y la escasez de mano de obra, se suma el problema del transporte interno en los países. Con el covid, muchas personas cambiaron de oficio y los camiones se pararon. Hoy ante la reactivación faltan conductores y las demoras en puertos no motivan a las empresas de transporte ni tampoco a nuevas personas a realizar el oficio; esto ha traído desabastecimiento en ya algunos estados americanos.
Toda esta tormenta está teniendo una repercusión directa sobre el precio de los productos y una posible escasez de diversas materias primas. A lo anterior se suman en Colombia los paros consecutivos, los cuales terminaron de agravar la situación en los puertos; se calcula que cada contenedor, además de las subidas mundiales, en el país tiene más de $40 millones de sobrecosto.
La situación del comercio mundial no va a tener salida fácil; las navieras con la subida de precios están triplicando sus ingresos mientras toda la cadena logística se organiza de nuevo; el país ya siente la escasez y subida en productos como el acero, la harina, derivados químicos y hasta la sal. En definitiva, en este diciembre la oferta de productos no alcanzará a satisfacer la demanda; empresas que dependen de importaciones pasarán meses difíciles y se abre una oportunidad para los productores nacionales: a mejorar, vender al precio justo y a entrar en nuevos mercados internos; esta única ocasión deben aprovecharla.