Tribuna Universitaria 19/04/2018

Pensemos de nuevo

Juan Manuel Nieves R.
Estudiante de Comunicación Política

En una conversación reciente con un grupo de ingenieros, llegaron a la conclusión que era inconcebible llevar más de 200 años con un invento tan precario como el motor que utilizamos. Este tiene el mismo principio de funcionamiento tal cual fue creado y en todo este tiempo no se le han hecho sino retoques cosméticos. Al preguntar el por qué, ninguno obtuvo respuesta, pero uno de ellos dijo: tal vez sea porque en estos 200 años la ciencia y la empresa se han dedicado a hacer, mas no a pensar, pues para hacer un nuevo motor se tienen que replantear varios principios científicos como el de la termodinámica.

Hoy se intenta capturar energías alternativas como la del sol o el aire, pero ellas, a pesar de venderlas como la mejor alternativa, siguen siendo ineficientes porque sus problemas arrancan desde las bases: a una energía poderosa se le aplican los mismos principios de transferencia de calor y pierde eficiencia. Es bueno pensar en generar alternativas más limpias, pero de seguir aplicando lo mismo, los hidrocarburos seguirán siendo indispensables, pues si de contaminación se trata, ¿alguien ha pensado qué pasa con las baterías de los carros eléctricos o las de los paneles solares cuando dejan de funcionar? Aquellas están compuestas por ácidos y un sinnúmero de agentes contaminantes que por el momento no se encuentra dónde dejarlos.

Mientras los hombres de ciencia no saquen tiempo para pensar de nuevo los principios de generación eléctrica, los avances en la materia serán pequeños y el discurso en torno a las nuevas energías seguirá siendo populista, pues sin saber del tema es muy fácil descalificar al actual alcalde de Bogotá por no traer buses eléctricos, olvidando la anterior administración cuando se regalaron motos eléctricas a la policía, las cuales por ineficientes se encuentran pudriendo. Por lo tanto, intentar sustituir con aguacates la dependencia de los hidrocarburos o regalar paneles solares para tener energía gratis, son quimeras, básicamente porque la ciencia aún no encuentra un sustituto eficaz.

Hay que destacar que los carros eléctricos y los paneles solares han adquirido mayor eficiencia y autonomía y su uso, sobre todo de los primeros, en ciudades, disminuye la contaminación de las mismas; a pesar de esto, realizar un viaje en ellos de Bogotá a Bucaramanga es utópico; por lo tanto, su uso está muy focalizado y puede ser solamente una solución para personas que requieran su servicio dentro de las ciudades.

No obstante las diferencias ideológicas que tengo con Herbert Marcuse, uno de sus planteamientos considero es acertado: la mecanización del trabajo en todos sus sentidos le ha ido quitando al hombre el tiempo para pensar; ahora con la revolución tecnológica mucho más, pues estamos dedicados a hacer, producir y consumir. Sería de gran provecho que los hombres de ciencia se dedicaran a pensar en los principios, a ver si se revoluciona el mundo con nuevas energías y se le quita de una vez por todas el tema a tanto candidato populista.

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