Volviendo al pasado
Con tristeza parte del mundo vio cómo un grupo radical volvió al poder en Afganistán después de 20 años de ocupación americana; los Talibanes entraron a la capital, Kabul y anunciaron el comienzo de su nuevo régimen.
Los Talibanes nacieron en los años 90 como un grupo armado formado bajo la visión sunita del islam; su propósito es interpretar la sharía al pie de la letra. En el año 1996 lograron tomarse la capital de Afganistán y dos años después controlaban casi la totalidad del país; durante cinco años establecieron un régimen de terror en donde se penalizaba con la pena de muerte el adulterio, se cometían asesinatos de otras corrientes religiosas y las mujeres eran sometidas a todo tipo de vejámenes, como la obligación de estar tapadas de cuerpo entero con la burka, el no poder estudiar sino el Corán hasta los ocho años o el poder ser castigadas físicamente por sus esposos.
Este régimen llamó la atención de la Otan y Estados Unidos por no querer extraditar a Bin Laden; así que fue condenado como país amigo del terrorismo y recibió la invasión en 2001, derrocando el régimen Talibán. Después de 20 años y una inversión de billones de dólares y miles de muertos, el gobierno de Trump comienza una negociación en donde paulatinamente se compromete a retirar las tropas; dicho acuerdo es ratificado por el gobierno Biden y en mayo de este año termina de retirar las fuerzas armadas dejando solo la custodia de la embajada americana, con los resultados que ya todos conocen.
Es muy grave la situación, sobre todo de los jóvenes; durante 20 años una generación, a pesar de la violencia, conoció la democracia, las redes, el contacto con el mundo y algo de libertad; miles de niñas no saben que es una burka y miles de hombres tampoco saben por qué usar una barba todo el tiempo. La política internacional también se va a complicar, hay miles de sunitas en India que pueden envalentonarse ante esta conquista, el vecino Irán que es chiita se verá amenazado y su repercusión es difícil evaluarla.
Algunos en Colombia, con la mayor ignorancia, aprovecharon la situación para compararse con Afganistán; el desconocimiento de no pocos políticos salió a relucir pues aquí ningún grupo quiere un gobierno teocéntrico y las atrocidades en nombre de Alá son incomparables. La situación en cambio sí pone en un terreno muy difícil a los que defienden las dictaduras con el argumento de la auto determinación de los pueblos; un régimen que viola constantemente los derechos humanos no puede ser avalado por la comunidad internacional.
Un gran reto se avecina para tantos grupos feministas; ya pueden enfocar su lucha ante la opresión inminente de miles de mujeres; la comunidad internacional debe estar al tanto y la ONU tendrá que demostrar que ante verdaderos retos internacionales su presencia sí es significativa. Un retroceso se avecina en ese lejano país; espero no se olvide, como tantos otros que sencillamente el mundo decide ignorar.