Tribuna Universitaria 30/04/2021

Votar por el que más les duela

Juan Manuel Nieves R.
Estudiante de Comunicación Política

El reloj de media noche fue creado en 1947 por la junta de científicos del boletín atómico. La cercanía a la media noche indica cuán cerca está la humanidad de la destrucción total, siendo las 12 el fin. Al principio el reloj solo evaluaba el arsenal atómico; con los años se han incluido: cambio climático, ciencias, pandemias, crisis económicas, etc.

Desde el año pasado permanecemos a 100 segundos de la fatídica hora; muchos al adelantar el reloj en 2020, tildaron a los científicos de fatalistas. Después, los incendios en California, Australia, la crisis en EE.UU. y, sobre todo, la covid, dieron razón a los científicos. La humanidad en varias ocasiones ha estado cerca de su extinción y se ha salvado de alguna forma, algunas aún inexplicables como en el caso de la peste bubónica.

La fatídica hora 12, es una advertencia para el mundo y puede servir también para los países. Si bien el apocalipsis no es inmediato, en aquellos es gradual, pero certero. Comienza con la promesa de subsidios para todo el mundo, prebendas para el Ejército y mermelada para el Congreso; después viene la fijación de precios, lo cual conlleva un problema de desabastecimiento; con ello, llega la estatización de empresas que se vuelven improductivas; ante la crisis que sigue creciendo, el populista acude a la impresión de billetes, pues no tiene como sacar préstamos internacionales ni mejorar el recaudo; ella trae la hiperinflación, las filas y el aumento de la pobreza; la hora 12 llega, pero no es una muerte inmediata, es muy lenta, Cuba lleva 50 años y no para.

Venezuela, si pudiera devolver el tiempo, no votaría jamás por un tirano como Hugo Chávez, pero en su momento el cansancio por la clase política, la corrupción y la desconexión con el pueblo, los llevó a votar por un candidato anti sistema que los llevó a la ruina. En Colombia la hora fatídica se ve cerca; el país vive una crisis social sin precedentes, un desempleo creciente, la quiebra de miles de empresas, el virus de la covid galopando, una clase política desconectada y un ejecutivo que no reacciona. Todo ello le está abriendo las puertas a la entrada del populismo.

Con preocupación se ve a distintos sectores aburridos de la institucionalidad; un líder conservador me decía: ya vivimos como Venezuela con los subsidios; otro contaba: no podemos estar peor y un gran amigo señalaba que a la clase media no le afectaba el mandatario, siempre se tenía que trabajar igual, la realidad es que si nos comparamos con los vecinos nos falta mucho por descender.

Al mundo le quedan 100 segundo antes de su completa aniquilación. Esos segundos pueden durar muchos años; para Perú y Colombia faltan apenas meses, la gente quiere salir a votar por el candidato que más le duela a la clase política; desconociendo que el dolor será para todos los colombianos, aunque tarde, vale la pena recordar las palabras de Alan Moore en su novela gráfica Watchmen: “nunca abandones tus principios, ni siquiera en presencia del apocalipsis”.

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