Después de conocer datos inquietantes como los informados por el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (Dane), en los que se indica que en el país hay 22,08 millones de ocupados, de los cuales solo 9,02 millones son formales, y los otros 12,8 millones se encuentran en condición de informalidad, es claro que Colombia aún tiene mucho por mejorar en este aspecto.

Lo importante es alinearse para mejorar. No hay la menor duda que las Empresas de Servicios Temporales (EST) son jugadores claves en la dinamización del empleo y de la economía, además también son una excelente opción para aquellas empresas que están en la búsqueda de talento, y una alternativa de trabajo para las personas, especialmente los jóvenes que desean empezar a desarrollar experiencia profesional, todo bajo un modelo de formalidad.

Las cifras así lo demuestran, las EST mueven un mercado que aporta 600.000 empleos, dentro de los cuales -precisamente-, se pagan salarios por $6 billones y prestaciones sociales por $1,3 billones. El tamaño total del mercado es de $10 billones, generando pagos de IVA por $200.000 millones; un dato clave es que aporta 6% de los empleos formales del país, permitiendo que los trabajadores y sus familias se beneficien del sistema de seguridad social integral, creando un ambiente laboral seguro, aumentado la productividad de las compañías y al crecimiento económico del país.

La recomendación para cualquier persona o empresa que desea utilizar el servicio es que siempre verifique que lo hará con una EST de calidad, por ejemplo, que a los candidatos se les da a conocer, desde el inicio, de forma clara y completa, las condiciones de las ofertas, asimismo, que se realice un acompañamiento durante el proceso de entrevistas con las empresas usuarias que se complementa con seguimiento telefónico.

¡Atención! Siempre se debe sospechar de situaciones en las que se solicite dinero anticipado, no hay razón para pagar, mucho menos en grandes cantidades. Pasando a las diferentes fases de contratación, los EST brindan soporte para la recolección de los documentos y asesoría para el ingreso al aula virtual donde se realiza el procedimiento de inducción, ya que un candidato informado hará un empalme de la mejor manera, es decir, aplicará su conocimiento más rápidamente para favorecer a las compañías.

Ahora, retomando el asunto de formalidad y legalidad, es relevante que la figura está establecida en la ley. El Decreto 4369 de 2006 y la ley 50 de 1990 en sus artículos del 71 al 94 indican que “los trabajadores en misión tendrán derecho a un salario ordinario equivalente al de los trabajadores de la empresa usuaria que desempeñen la misma actividad, aplicando para el efecto las escalas de antigüedad vigentes en la empresa. Igualmente, tendrán derecho a gozar de los beneficios que la empresa usuaria tenga establecido para sus trabajadores en el lugar de trabajo, en materia de transporte, alimentación y recreación”.

Podemos asegurar que esta opción permite acceder a empleo formal y de calidad, con todas las prestaciones de ley y en la que los empleados en misión tendrán la alternativa de hacer experiencia laboral en empresas competitivas.