*Andrés Restrepo Montoya
Juan Pablo Córdoba Garcés
El concepto del mercado de capitales es etéreo y difícil de comunicar, sin embargo, su existencia hace posibles muchas de las cosas que suceden en la economía sin que las personas seamos conscientes de ello y que nos benefician en nuestro día a día: la posibilidad de transitar por una nueva vía cuya construcción se financió con una emisión de bonos, el acceso a un crédito de vivienda a largo plazo y tasa fija que fue posible porque el banco emitió bonos o realizó una titularización de cartera o las mayores ventas de proveedores a compañías que financian nuevas plantas de producción o nueva maquinaria (que implican nuevos puestos de trabajo) con los recursos que consiguen en el mercado de capitales. Sin las soluciones que entrega el mercado de capitales, seguramente muchos de estos proyectos, personales o empresariales, no se hubieran realizado o se habrían llevado a cabo muchos años más tarde.
Uno de los participantes más activos en el mercado de capitales colombiano es el sector público y, por tanto, mucho de lo que le pedimos al Estado se hace posible porque el mercado de capitales proporciona la financiación necesaria para llevar a cabo sus planes y programas. Gracias a la existencia de nuestro mercado de capitales, el Gobierno pudo financiar la compra de vacunas durante la pandemia y aplicarlas de manera gratuita a toda la población; ampliar los programas de subsidios a las familias más vulnerables; subsidiar la preservación del empleo en las empresas medianas y pequeña, y ampliar los programas de garantías de crédito a las Pyme.
En el caso de Bogotá, todos los que vivimos en esta ciudad nos beneficiamos directamente de la posibilidad que tuvo el distrito de adquirir más de 1.000 buses para Transmilenio con tecnología Gas Euro 6 (que implica un 50% menos de emisiones de CO2 en los siguientes 10 años) gracias a una emisión de bonos sostenibles en el mercado de capitales. Bogotá también obtuvo recursos para 20.000 becas educativas con una emisión de bonos sociales y con los Títulos de pago por ejecución se financiaron $2,2 billones de la primera fase del Metro de Bogotá.
Esta es una historia de éxito: las empresas que son emisores de acciones en la BVC y hacen parte del índice MSCI-Colcap emplean a más de 360.000 personas en forma directa, tienen 154.000 proveedores que son medianas y pequeñas empresas y pagaron el año pasado más de $18 billones en impuestos.
Existe la idea de que acceder al mercado de capitales está reservado solo para las empresas más grandes del país y para personas de altos patrimonios. Sin embargo, la evolución reciente del mercado rompe este paradigma: en los últimos tres años cerca de 150 Pyme y emprendimientos nacionales han encontrado financiación por más de $60.000 millones en a2censo, la plataforma de financiación colaborativa (crowdfunding) de la BVC. Las operaciones han sido desde 100 hasta $3.000 millones cada una y hoy en la plataforma hay más de 10.000 inversionistas dispuestos a apostarles a los empresarios colombianos desde $200.000. Dentro de los emisores de a2censo hay restaurantes, compañías de logística, empresas de software, ingeniería, moda, mascotas y muchos más: todo el tejido empresarial colombiano.
El reto debería ser cómo logramos aprovechar toda la potencia del mercado de capitales en Colombia: cómo logramos que más empresas, de todos los tamaños, accedan a financiación para desarrollar sus nuevos proyectos y que más colombianos puedan invertir sus ahorros en más y mejores alternativas. Esto parte de reconocer que el mercado de capitales es un activo muy importante de nuestro país, aunque discreto y desconocido, y que debería estar en el interés de todos cuidar y preservar.