Tecnología 5G: qué esperar en Colombia
Durante 2023 el país estuvo expectante de la posible llegada de la tecnología 5G al país y sus implicaciones. Mucho se habló de oportunidades de conectividad y de incremento en velocidad de navegación para quienes hoy en el país tenemos el privilegio de estar interconectados en materia de comunicaciones móviles. No obstante, y pese a los esfuerzos del gobierno y del sector privado, este asunto seguirá como un gran propósito para 2024, frente a lo cual es preciso reconocer en más detalle las razones por las cuales hoy más que nunca tiene sentido en Colombia apostarle a mejorar la conectividad del país en el mundo digital.
Desde que apareció la primera generación (1G) de telecomunicaciones móviles a finales de los años 70 y durante parte de la década de los 80 en pleno siglo XX, las velocidades de conexión máximas alcanzaban en el mejor de los casos los 2,4 kilobytes por segundo. Posteriormente con la tecnología 2G el incremento fue substancial cerca de 1 Megabyte por segundo (Mbps) como velocidad máxima, pasando por la tecnología 3G cuando por primera vez en el mundo se hizo famoso el ancho de banda que permitió además de la voz compartir algunos elementos de multimedia hasta llegar a la tecnología 4G y 4.5G que permiten velocidad hasta 60 o incluso 90 Mbps respectivamente.
Según un artículo académico de la Universidad de Soonchunhyang en Corea del Sur, buena parte del mundo desarrollado al día de hoy se encuentra disfrutando masivamente de tecnología 5G, una nueva ola de desarrollos tecnológicos que ha permitido reducir significativamente la latencia en las redes, importantes avances que garantizan desarrollar conectividad entre máquinas y con ello se potencia la implementación de herramientas de inteligencia artificial, se expande exponencialmente la posibilidad de interconexión entre diferentes dispositivos y se incrementa substancialmente las velocidades de navegación: se habla en el mundo de 10 a 20 Gbps, hecho que permitirá ser más eficiente con el manejo de recursos en nube, optimización del uso de internet de las cosas, mejores experiencias en video streaming, ahora que se habla tanto de reuniones no presenciales y virtualización de contenidos académicos.
Con este entorno de conectividad implementado, el mundo sigue avanzando en importantes desarrollos de ciudades inteligentes, industrias 4.0, agricultura inteligente, desarrollo de vehículos autónomos en su conducción, aplicaciones médicas cada vez más efectivas, por tan solo citar algunos ejemplos. Así, nuevas aplicaciones, nuevos modelos de negocio, nuevos servicios que hubieran sido imposibles pensar con redes más limitadas, se hacen posibles siempre que existan los suficientes gigas por segundo necesarios para lograr la conectividad deseada.
En medio de tan alta expectativa de beneficios de conectividad, existen también hoy riesgos importantes relacionados con la implementación masiva de la tecnología 5G: temas concernientes con la seguridad de las redes, privacidad, riesgos de aumentar brechas de acceso digital en economías emergentes como las nuestras, altos costos de los servicios, son entre otros un listado que la revista Forbes ha identificado como grandes desafíos, pese a los cuales, no deja de seguir siendo atractivo e imperativo el despliegue de esta nueva tecnología en nuestra región.
América Latina y el Caribe, como no es sorpresa, progresiva tardíamente empieza a migrar a estos espacios de conectividad y de oportunidad de negocios digitales de alta velocidad. Bien es sabido los bajos niveles de productividad y competitividad de nuestra región al compararnos con el resto del mundo. Es en este contexto en el que acceder más temprano que tarde a esta tecnología podría impactar positivamente el bienestar de nuestros ciudadanos.
Mientras escribo esta columna se está llevando a cabo la subasta del espectro electromagnético necesario para hacer realidad el 5G en Colombia. Esta subasta espera generar ingresos de $3,1 billones al gobierno, pero lo más importante, que permitirá a operadores como Tigo, Movistar, Wom, Claro, Telecall, este último operador entrante del Brasil, estar listos para la carrera del despliegue de red 5G en nuestro territorio.
Necesitamos con urgencia contar no solamente en las principales ciudades del territorio de conectividad de alta velocidad, sino en las regiones apartadas, en la Colombia profunda, en aquellos lugares en los cuales seguimos teniendo una deuda histórica como sociedad en materia de conectividad de desarrollo de entornos digitales proclives para el desarrollo de sociedades de conocimiento.
Ojalá 2024 además de buenos deseos, salud y felicidad para todas y todos, nos deje la posibilidad de contar con un país más y mejor conectado que permita estimular la innovación y el desarrollo de nuevas alternativas de negocio y creación de nuevos y mejores empleos en estas épocas de alta disrupción. El balón parece estar ya en los operadores móviles con el apoyo de las administraciones locales entrantes para lograr un efectivo y eficiente despliegue de red.