El éxito de una entidad y su líder o gerente siempre estará asociado a los colaboradores. Una buena selección de estos empieza con la correcta descripción de los cargos, los perfiles y las habilidades técnicas y blandas (“soft skills”) requeridas y escoger conforme a ellas.

En Colombia para acceder a cargos de elección popular, no se tienen requisitos, distintos a ser ciudadano colombiano y cumplir con cierta edad. No se requiere título universitario o tener experiencia laboral. Un ícono de esta estructura institucional es “lucho el embolador”, quien logró ser elegido concejal de Bogotá, lo que no estuvo exento de polémicas.

Por otro lado, existen muchos cargos del Estado, de carrera y de libre nombramiento y remoción, que sí requieren estudios, habilidades y experiencia específica, tales como los jueces, los gerentes de las empresas del Estado, los superintendentes, los directores de agencias y unidades especiales, etc., es decir, son cargos eminentemente técnicos.

Hay cargos mixtos, es decir, políticos y técnicos, como los de ministro y viceministro, aun cuando el grado de experticia técnica dependerá de la complejidad de la cartera. En realidad, los cargos de ministro y algunos de viceministro tienden a ser más políticos.

De todas formas, ningún ministro debería tener viceministros que no sean competentes en los temas de su cartera. Igualmente, hay ministro de ministros. A nadie se le ocurriría que el ministro de hacienda sea alguien que no tenga los estudios, las habilidades y la experiencia requeridas y, además, no tenga la credibilidad para los mercados y el carácter para decirle no a algo o a alguien, incluso al presidente.

En el sector privado, las empresas escogen para los cargos lo mejor dentro de sus posibilidades, siempre pensando en lo que se necesita. Capítulo aparte merecen los empresarios, pues muchos carecen de diploma universitario.

Algunos de ellos, sin diploma, terminan siendo constructores de grandes imperios y fortunas. Incluso, muchos empresarios sin diploma son más versados que otras personas con diploma, pues son inteligentes emocionalmente y tienen el más escaso de todos los sentidos: el sentido común.

Por eso, terminan rodeándose de personas estudiadas, hábiles y expertas en asuntos donde ellos no lo son. El éxito está en rodearse bien, sea que se trate de un político elegido popularmente, un empresario o un técnico-gerente de una entidad pública o privada, pues para tener éxito se necesita siempre conformar un buen equipo.

Un gran líder empieza por escoger bien su equipo, haciendo un calce entre el puesto y el funcionario. Así, nombrar expertos, bachilleres o políticos para cargos estructurados del Estado, que requieren el calce entre el puesto y el funcionario, sin que este se dé, es francamente irresponsable. Bolívar, Carrillo y López tienen habilidades y condiciones para ciertas actividades y tareas.

Carrillo es un buen comunicador, Bolívar es un gran novelista y López un curtido político. Sus habilidades y condiciones estarían mucho mejor acompasadas en otras latitudes y puestos, donde puedan brillar, dejar su huella personal y sobre todo dar un gran valor agregado a la sociedad y al país. Para el DPS, la Ungrd y Planeación Nacional, se necesitan otras habilidades y condiciones. Mejor dicho, zapatero a tus zapatos y así ganamos todos.