Analistas 22/01/2021

Hacia la nueva emergencia

Julián Arévalo
Decano, Facultad de Economía, Universidad Externado de Colombia

Uno de los legados más importantes de la pandemia generada por el covid-19 es un banco de experiencias y lecciones en materia de diseño de políticas públicas. Estos aprendizajes serán cruciales no solo para superar el escenario actual, sino también frente a desafíos de mediano plazo, entre los que seguramente el más apremiante es la lucha contra el cambio climático.

Por ejemplo, los efectos de la pandemia han sido bastante heterogéneos a lo largo del planeta, cambiantes a lo largo del tiempo y ya muestran impactos diferenciados dependiendo de la capacidad de los gobiernos de poner en marcha y desarrollar sus programas de vacunación. Prueba de esto es que mientras Israel ya alcanzó la vacunación de 20% de su población, en Colombia la incertidumbre sobre apenas el inicio del proceso es total.

Entre los aspectos positivos se destaca la respuesta a la pandemia por parte de los sistemas de ciencia, tecnología e innovación. Un informe reciente de la Ocde señala precisamente la rapidez y flexibilidad con que tales sistemas han atendido la crisis, especialmente en lo relacionado con el desarrollo de las vacunas y el tratamiento de los pacientes. Algunos de los aspectos más relevantes para tener en cuenta hacia delante son la facilidad para el flujo de información científica, el trabajo cooperativo entre investigadores de diferentes países y el surgimiento de asociaciones público-privadas.

Pero los retos para profundizar en estas áreas tampoco son menores. Entre ellos se encuentra la necesidad de generar bienes públicos de alta calidad, como es el caso de una solida red hospitalaria y de atención en salud. Igualmente importante es que las instituciones educativas superen las fronteras entre diferentes áreas del conocimiento y se impulse el trabajo interdisciplinario. Esto permitirá no solo evitar falsas dicotomías como escoger entre la vida o la economía - que siguen permeando las discusiones recientes - sino también, con ello, plantear alternativas que aborden las múltiples complejidades de los desafíos por venir.

No obstante, y a pesar de los aspectos por corregir, lo que podría calificarse como un éxito de la ciencia, con procesos de cooperación acelerados y resultados tangibles en tiempos record, va acompañado de una grave ineptitud política que, tal como lo afirmó recientemente el director de la Organización Mundial de la Salud: pone al mundo al borde de un “fracaso moral catastrófico”.

La capacidad de muchos políticos, los intereses en juego y las agendas de múltiples actores, han estado muy lejos del nivel que se requiere para enfrentar una situación como esta. Sin embargo, por más dramático que sea el impacto de la coyuntura actual, este resulta menor frente a los desafíos que promete traer el cambio climático, y donde se requerirá mucha más destreza que la mostrada hasta ahora.

En un momento en que el mundo atraviesa por un punto crítico de la evolución de la pandemia, valdría la pena en paralelo empezar a dar una discusión más seria sobre las recomendaciones de la comunidad científica frente al cambio climático.

Aprender de las lecciones recientes permitiría evitar que se repita un éxito científico, en recoger evidencia, hacer predicciones y recomendaciones, mientras estas quedan bajo la sombra de un estruendoso fracaso político y moral.

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