Un PIB al alza con sectores estratégicos en crisis
El Dane acaba de revelar los datos de crecimiento económico correspondientes al tercer trimestre de 2025. Las cifras son reveladoras y por encima de lo esperado por los analistas. En este sentido, el Producto Interno Bruto crece 3,6% respecto al mismo periodo de 2024. Este crecimiento trimestral, es el más alto registrado desde 2022. La cifra no es menor, toda vez que se suma a la del desempleo del 8,2%, uno de los más bajos de la historia y a la tasa representativa del mercado (TRM) por debajo de los $3.800. Más allá de la discusión sobre la realidad del dato, es complejo debatir que las cifras no son alentadoras, aunque las mismas no se usen comúnmente para reconocer que ese dato del PIB desde lo macro no refleja sectores que están en crisis (como el minero energético), el del desempleo no refleja una informalidad del 55% o la TRM un impacto desde variables externas como las tasas de interés de la reserva federal (FED) o la política comercial del gobierno Trump.
En un sentido amplio las actividades económicas que jalonaron el crecimiento fueron administración pública y defensa creciendo un 8,0%, el comercio al por mayor y al por menor; reparación de vehículos automotores y motocicletas; transporte y almacenamiento; alojamiento y servicios de comida crece 5,6% y finalmente las industrias manufactureras creciendo un 4,1%.
En contraste a estos crecimientos de estas actividades económicas, llama la atención que algunas actividades estratégicas en materia social y fiscal ya prendan las alarmas por su desaceleración y tengan síntomas de crisis.
Que actividades estratégicas como extracción de minerales presente un crecimiento de -18,2% debe implicar que el gobierno en el corto plazo establezca reglas de juego claras para la exploración y explotación de minerales. Bien valdría la pena que los candidatos a la presidencia planteen propuestas que impliquen garantías jurídicas para la inversión no como políticas de gobierno, sino como políticas de Estado. Nada fácil la tendrá un nuevo gobierno con el faltante de caja que implicará esta caída en picada de la extracción de minerales y no menos delicado es el panorama de los próximos años para las entidades territoriales (alcaldías y gobernaciones) con una disminución inminente de sus regalías. Esto se agrava mucho más considerando que para entidades territoriales que carecen de empresas industriales y comerciales sólidas las regalías han venido siendo la principal fuente de recursos para la inversión.
En lo que se refiere a la construcción de edificaciones residenciales y no residenciales las noticias no son alentadoras, el dato de un crecimiento de -8,3% refleja que una de las principales decisiones de política económica que tendrá que surgir el 7 de agosto de 2026 será la reactivación económica del sector, aunque las cifras por ciudad son disimiles, la realidad es que desde que la construcción de vivienda nueva dejó de ser prioridad para el gobierno nacional, la actividad económica se ha deteriorado y va requerir de un plan especial de impulso no solo para su reactivación sino como motor de empleo y de acceso a la propiedad.
Si bien todos estos datos son relevantes y reconocen actividades económicas que están creciendo, como la administración pública, es importante mencionar que este motor de crecimiento está aceitado en especial con deuda. No es necesario que hablemos en términos de billones, basta con recordar dos cosas; en primer lugar que la deuda no es necesariamente mala, todo dependerá de la capacidad de esa deuda para apalancar riqueza, lo cual en el caso colombiano no es evidente; y en segundo lugar apelando a la economía familiar, si bien en ocasiones dadas y situaciones complejas tomar deuda es necesario para llevar el sustento a la casa no puede pensarse que esta estrategia se pueda aplicar de manera recurrente, pues sería inviable en la medida que no se generen ingresos. Esto es por lo que el país está transitando; tomando deuda para apuestas que no generan riqueza y que colocan en riesgo la estabilidad económica del país.
Como mensaje final, es necesario que el país coloque en el centro de la discusión los temas centrales de sectores estratégicos que son la base del recaudo de impuestos como lo es la extracción de minerales, el impulso a la construcción de vivienda nueva como política social y que se establezcan medidas de choque inmediato en el sector energía para evitar riesgos de abastecimiento los próximos años. Bienvenido Tesla a Colombia, pero se requiere con urgencia garantías para la inversión en energía desde la generación, transmisión, distribución, comercialización y por supuesto estaciones de carga para la revolución de la movilidad eléctrica. Genera aliento un crecimiento del 3,6% de la economía, pero si creciera mínimo el 5%, como se requiere para el cierre de brechas, muy posiblemente el país enfrentaría dificultades de abastecimiento de energía.