Los paneleros necesitan ayuda
En Colombia hay más de 350.000 familias que viven de producir panela, un producto autóctono y de alto consumo en sectores populares. Este sector actualmente está pasando por una situación crítica, pues están vendiendo a pérdida. A los campesinos, productores les están pagando el kilo a $1.500, cuando el costo de producción supera los $1.700.
Este déficit lo compensan los campesinos utilizando la mano de obra de los hijos y familiares, a quienes retribuyen con alojamiento o simplemente con la alimentación, es decir, en realidad todo concluye en un proceso de empobrecimiento. Una de las causas de esta crisis se debe a que el precio de la panela tuvo hace un tiempo precios razonables, lo que incentivó la siembra por parte de los productores, a su vez se incrementó la producción, que el consumo interno no pudo adquirir y generó una caída en los precios.
Aquí comenzamos a encontrar uno de los mayores problemas que tiene el sector panelero: el consumo de panela en Colombia ha caído en los últimos 15 años. Mientras que en 2002 el consumo per cápita llegaba a los 32 kilos, hoy ronda los 19. La panela es un producto muy saludable, vitamínico, libre de grasas y, podríamos decir, bastante natural.
Otro de los grandes problemas es la intermediación, la cual castiga duramente a los pequeños productores con precios excesivamente bajos. El sector panelero es un gran generador de empleo, pues la caña panelera es uno de los pocos productos agrícolas que se procesa y transforma en los campos. Además, todo esto es un proceso que ha existido por de décadas, así que existe una cultura agroindustrial alrededor de la producción de panela.
Un alivio para el panelero sería que entes gubernamentales asuman la distribución de los productos agrícolas provenientes directamente de los campesinos. Esto significaría el establecimiento de grupos de funcionarios dedicados a tomar los pedidos de los tenderos de Bogotá y la Sabana, y transferir al menos 85% del costo que pague el tendero directamente al campesino productor y con 15% restante crear un fondo para promover el consumo interno a través de campañas publicitarias amplias, profusas y constantes.
Para lo anterior, es fundamental la transformación de Corabastos, importante activo de la Nación, el Distrito, la Gobernación de Cundinamarca y los privados, pero esta central mayorista ha migrado a un modelo de negocio que no beneficia al campesinado.
Adicionalmente, se debe impulsar la exportación de la panela, pues actualmente, se llevan al mercado mundial cerca de 4.000 toneladas, una cantidad pequeña, para el potencial que tiene el sector; de tal forma que es indispensable fomentar su exportación junto a otros productos del agro, a través de una agencia en el exterior que permita aumentar, a más de 18.000 toneladas las exportaciones anuales de panela.
Finalmente, es indispensable crear un programa científico alrededor de la producción panelera que busque la creación de nuevos derivados, luego transferirles ese conocimiento a los campesinos para que ellos los produzcan y obtengan más valor agregado.
Con este conjunto de iniciativas se ayudaría a un sector fundamental para la economía agraria, del cual hoy viven directa e indirectamente, cerca de un millón de personas.