The Walt Disney Company (Disney) es uno de los conglomerados de medios de comunicación y entretenimiento más grandes del mundo. La compañía, fundada hace más de 100 años, se encuentra en crisis. Las pérdidas presentadas por sus negocios de streaming y de video online, una disputa existente sobre las tarifas con la segunda compañía de cable más importante de EE.UU., cierres de parques…han causado una caída en sus acciones y se ha convertido en el blanco de inversores activistas desde el año pasado.

Disney se listó en el New York Stock Exchange en 1957 con un valor por acción de US$13,88, hoy su acción se transa aproximadamente en US$93,7 y su valor se acercó a US$200 en marzo de 2021.

Esta disminución en el valor de la acción y los problemas de Disney han llevado al mercado a cuestionar el bajo rendimiento de la compañía, y más si se la compara con los resultados de algunos de sus competidores como Netflix.

En noviembre de 2022, Bob Iger, quien fue el CEO de Disney por más de una década, fue llamado a regresar de su jubilación para hacer frente a la situación. La premisa fue: quién mejor que un CEO que ya conoce la empresa para afrontar los retos y generar confianza. Más los estudios muestran que las compañías que han traído de vuelta a un CEO para un segundo término no han mejorado sus resultados. Si bien funcionó para Apple y para Starbucks, estos casos fueron la excepción y la realidad para Disney ha sido otra.

Iger ha reconocido públicamente que se encuentra “exhausto” ante la situación. Las pérdidas en taquilla con las películas estrenadas en cines han demostrado la incompatibilidad entre el presupuesto de una película y sus resultados en taquilla - por ejemplo, la película “Elemental” logró ventas de US$29,6 millones en las salas de cine y su presupuesto fue de US$200 millones. La supresión de empleos y otras reducciones de gastos implementadas por Iger han sido insuficientes, y la batalla con el poderoso inversor activista Nelson Peltz (a través de Trian Fund Management) por obtener representación en la junta directiva de Disney se revivió hace unos días.

Peltz exige cambios en la estrategia de la empresa.

Si bien Iger insiste en que seguirá concentrándose en afrontar los retos existentes y no se dejará distraer por las batallas con inversores activistas, Peltz sigue causando ruido y distracción.

Ya veremos en qué termina esta historia…queda claro que: el streaming es un negocio más difícil y competitivo de lo que originalmente pensó Disney, una compañía necesita de claridad estratégica y de claridad en la ejecución de dicha estrategia, y la continuidad en el liderazgo al frente de una empresa es una de las responsabilidades fundamentales (y existenciales) que deben de asumir la junta directiva y el CEO. Debe de haber una cultura de sucesión en los cargos clave. Atentos a qué pasará con la batalla de “restore the magic”.