Me quedo con el fenómeno Taylor Swift y “bichota”
Entre nuevos liderazgos, conflictos militares, catástrofes naturales, inteligencia artificial, Taylor Swift rompiendo records con su tour, el fenómeno “bichota” y la caída del famoso rapero Diddy y del régimen de Assad en Siria…terminamos el 2024.
Los acontecimientos globales de 2024 evidenciaron la conexión entre decisiones locales y sus efectos en el panorama mundial.
En política, las elecciones en países clave definieron agendas que impactarán los próximos años. En América Latina, México (primera presidenta mujer) y Argentina eligieron nuevos presidentes en un contexto de tensiones económicas y sociales. En Estados Unidos, las elecciones presidenciales estuvieron marcadas por debates sobre cambio climático, regulación tecnológica y política fiscal. En Europa, los votantes se inclinaron hacia políticas más verdes, mientras que en Asia, potencias como India y China reafirmaron su influencia geopolítica y comercial.
El nearshoring se consolidó como una de las tendencias económicas más relevantes. América Latina atrajo inversiones significativas, con México liderando al recibir más de US$40.000 millones en inversión extranjera directa gracias a la reubicación de cadenas de suministro. Este movimiento, motivado por las tensiones comerciales entre Estados Unidos y China, promete un crecimiento regional sostenido y mayor diversificación de los flujos comerciales.
La inflación continuó siendo un desafío global. Los bancos centrales, buscando equilibrar el crecimiento económico y la estabilidad de precios, ajustaron tasas de interés. En Estados Unidos y la zona euro, la inflación se redujo a un promedio del 3.2%, aunque a costa de un crecimiento más lento.
En América Latina, la volatilidad de los precios del petróleo y los alimentos complicó la estabilidad económica, mientras fenómenos climáticos extremos impactaron las cadenas de suministro.
La guerra en Ucrania sigue, y tiene implicaciones geopolíticas y económicas profundas. El apoyo militar y financiero a Ucrania superó los US$80.000 millones este año, mientras Europa enfrentó precios de energía aún elevados, aunque más estables que en años anteriores. La escalada del conflicto entre Israel y Palestina exacerbó las tensiones en el Medio Oriente.
A nivel global, estos conflictos plantearon desafíos a la cooperación multilateral, dificultando acuerdos en organismos como la ONU y la OMC, y cuestionando la existencia misma de estas organizaciones.
La inteligencia artificial reafirmó su rol como motor de transformación. Desde herramientas generativas hasta aplicaciones en salud y finanzas, la IA sigue transformando industrias, aunque los debates sobre regulación, privacidad y automatización continúan.
A pesar de las tensiones mundiales, la música y el entretenimiento ofrecieron un respiro. Taylor Swift y Karol G se consolidaron como íconos culturales globales, llevando sus giras a escenarios abarrotados y rompiendo récords de ventas.
Así, el 2024 deja al mundo en un estado de incertidumbre, marcado por conflictos geopolíticos, tensiones económicas y avances tecnológicos que redefinen las reglas del juego. En este entorno, compañías y gobiernos enfrentan la difícil tarea de equilibrar las demandas inmediatas con estrategias a largo plazo.
De cara al 2025, el reto estará en cómo navegar un mundo cada vez más fragmentado, donde la capacidad de adaptarse rápidamente será esencial para sobrevivir y para prosperar.