Uno de los grandes temas de discusión durante el pasado Foro Económico Mundial en Davos fue cómo la pandemia de covid-19 ha afectado desproporcionadamente a las mujeres y cómo los temas de salud mental de estas se han agudizado. Son mujeres la mayoría de personas que trabajan en el sector de la salud.

Son las mujeres quienes tienen aún la mayor parte de las responsabilidades en casa como el cuidado de los hij@s y las tareas domésticas. Son en su mayoría mujeres quienes quedan al cuidado de familiares enfermos (número que aumentó durante la pandemia). Cifras de estudios realizados por las Naciones Unidas muestran que las mujeres realizan tres veces más trabajo de cuidado no remunerado que los hombres.

Según los datos de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (Ocde), en Estados Unidos, las mujeres trabajan un promedio de 4,5 horas al día en esas actividades no remuneradas, en comparación con 2,8 horas en el caso de los hombres. Si a estas horas no remuneradas les sumamos las horas de trabajo remunerado que realizan las mujeres podemos entender el porqué se les suele diagnosticar depresión y ansiedad con mayor frecuencia que a los hombres.

Un reporte de la consultora Deloitte (Women at Work 2022: A Global Outlook Report) -entrevistaron a mujeres en 10 países diferentes- concluyó que los niveles de agotamiento en las mujeres sigue subiendo y que es alarmante -53% de las mujeres entrevistadas manifestaron que sus niveles de agotamiento se han incrementado y cerca de la mitad clasifica su estado de salud mental como malo o muy malo. Esto ha llevado a que cerca de 30% de las encuestadas hayan tenido que retirarse del trabajo por estos temas.

Hace algunos días, la primera ministra de Nueva Zelanda, Jacinda Ardern, de 42 años, anunció que dejará su cargo en febrero (antes de finalizar su período) después de seis años de estar al frente de este país. Jacinda, con su mezcla de “acero y amabilidad”, siendo una de las líderes más jóvenes del mundo, logró controlar el covid-19 exitosamente, tuvo que hacer frente a los tiroteos de dos mezquitas de Christchurch y, por si fuera poco también hizo frente a una erupción volcánica.

Esta mujer, que llegó al poder a sus 37 años de edad, también rompió barreras cuando se convirtió en la primera mandataria en la historia en tomarse una licencia de maternidad, tras dar a luz a su hija en 2018. Con la misma pasión que caracterizó su mandato, Ardern declaró hace unos días: “ya no tengo suficiente (gasolina) en el tanque” al hacer pública su renuncia.

Tanto Jacinta Ardern como otras mujeres famosas y anónimas (me incluyo) han expresado la enorme presión que padecen por ser las mejores en todos los aspectos de su vida, y el reto que representa el combinar su trabajo y su vida personal sin morir en el intento… Si bien las mujeres ya no lloran y las mujeres facturan…el costo de su salud mental y física es alto, real y preocupante!