Qatar: otro gol vergonzoso
Entre numerosas denuncias por violaciones a los derechos humanos y la rememoración de la controversia que generó su elección como sede, comenzó la Copa Mundial de fútbol masculina, en Qatar. Organizaciones internacionales como Amnistía Internacional, la Organización Internacional de Trabajo (OIT), Human Rights Watch, entre otras, han manifestado su preocupación ante las muertes y condiciones laborales inhumanas que padecen los migrantes, la censura a la libertad de expresión, las leyes contra las mujeres, la discriminación en contra de ellas, de las minorías sexuales (se criminaliza la homosexualidad) y religiosas…y más.
Hace unos días, el Parlamento Europeo emitió una resolución condenando dichas violaciones (empezando por la muerte y lesiones sufridas por los trabajadores migrantes durante la construcción y preparativos para el Mundial) y pidiendo que se “rindan cuentas” por estas. Además, recordó el contexto que rodeó la elección de Qatar como sede del Mundial.
En el 2020, después de años de investigaciones, el Departamento de Justicia de los Estados Unidos (DOJ) confirmó que representantes que trabajaban para Rusia (sede del Mundial en el 2018) y Qatar habían sobornado a funcionarios de la FIFA para asegurarse de obtener los derechos de organización de la Copa; agregaron, aludiendo a lo concluido durante la investigación del DOJ, que más de la mitad de las personas que participaron en las votaciones, incluido el antiguo presidente de la FIFA, Sepp Blatter, estuvieron implicadas o investigadas por corrupción.
¡Y, a pesar de todo esto, de la polémica alrededor de esta elección, de la manipulación ejercida por Qatar (entradas, vuelos, alojamiento gratuito ofrecido para quienes no critiquen su país), de la corrupción…Qatar es hoy la sede de uno de los eventos deportivos más importantes del mundo!
Este evento ya ha generado a la FIFA un récord de ingresos de $7,5 mil millones de dólares en contratos comerciales. En mayo, Human Rights Watch, Amnistía Internacional y Fair Square, junto con una coalición mundial de grupos defensores de los derechos humanos y grupos de aficionados, lanzaron la campaña #PayUpFIFA con la que exigen la creación de un fondo de compensación para reparar las lesiones y los abusos cometidos en contra de los trabajadores migrantes.
El Parlamento Europeo en su reciente resolución apoyó la creación de este fondo por un monto al menos equivalente a los $440 millones de dólares que representa el premio de la Copa Mundial - una cifra irrisoria comparada con los ingresos que ya ha generado la Copa.
Esperemos que estas semanas de Copa, de fiebre futbolera y de nacionalismo exacerbado, que reúne a 32 selecciones de fútbol y a aficionados del mundo entero sirva para abogar por la dignidad humana. Ya varios equipos han manifestado su solidaridad, entre ellos los jugadores alemanes quienes cubrieron sus bocas como protesta a la decisión de la FIFA de no poder llevar el gafete de “One Love” como apoyo a la comunidad LGBT+. ¡Que sigan las manifestaciones! Guardar silencio ante los abusos es una manera de complicidad y ya vimos lo que la indiferencia ante la invasión de Crimea causó.