Tiempos de conflicto
La pandemia del covid-19 (sus consecuencias físicas y mentales), una guerra que parece perpetuarse sin solución alguna, amenazas nucleares, la complejidad de los temas políticos, geopolíticos y económicos a nivel global han generado un incremento de la incertidumbre en la que vivimos y de los niveles de estrés. A esto le sumamos una falta de líderes íntegros capaces de generar propuestas viables y responsables.
El torbellino de eventos, la sobrestimulación constante que recibimos por los medios y las redes sociales abruman, ensordecen, distraen, confunden, ciegan…
¿Y si el nuevo paradigma de la consciencia fuera nuestro crecimiento interior? ¿Y si ese fuera el mejor servicio que pudiéramos prestar a la humanidad?
¿Y si el silencio, el mindfulness (estado de consciencia, de atención plena), la meditación fueran nuestras armas para combatir algunos de los conflictos que nos atormentan como individuos y como sociedades?
Pablo d’Ors, escritor español, dijo que “el problema número 1 de nuestras sociedad desarrolladas es el ruido, que es una forma de terrorismo, mientras que el silencio [yo diría] es una forma de humanismo”. La escritora estadounidense Maggie Jackson, graduada de Yale y del London School of Economics, autora de “Distracted: Reclaiming Our Focus in a World of Lost Attention” (Distraído: recuperar nuestro enfoque en un mundo de atención pérdida), dice que “La forma en que vivimos esta erosionando nuestra capacidad para realmente prestar atención a los sucesos de la vida, que es la esencia de nuestra intimidad, sabiduría y progreso social”.
Chris Ruane, quien fue durante muchos años miembro del Parlamento Británico, fundó en 2014 una iniciativa el “Mindfulness All-Party Parliamentary Group” (Mapgg) para: desarrollar políticas públicas que tengan en cuenta la práctica del mindfulness al abordar temas de salud, educación y justicia criminal, y entrenar a los miembros del Parlamento, y políticos en general, en trabajar su mente. Ruane dice, refiriéndose a lo que busca con su programa, que algunos políticos tienen el poder de acabar con el mundo y por eso es que se hace necesario que sus decisiones se tomen desde una posición de armonía, de equilibrio y con total atención.
Explica Ruane, desde un estado de consciencia en el que la inteligencia emocional, la flexibilidad cognitiva, la habilidad para considerar temas complicados desde distintas perspectivas sean los pilares.
Y estos personajes son tan solo algunos de los tantos que nos hablan de la importancia de generar un cambio desde adentro. Existen una gran cantidad de estudios científicos y filosóficos sobre la eficacia del mindfulness y de la meditación; las aplicaciones invitando a su práctica como Calm, Headspace, Smiling Mind, Take a break, Mindfulness Coach, entre otras, se multiplican. Los efectos que generan el estar en un estado de paz interna y de paz con nuestro entorno - lo cual permitiría interactuar de forma pacífica, respetuosa y en un ambiente de cooperación- son indiscutibles.
¿Y entonces? ¿Si estas prácticas nos enseñan a moderar y ser maestros de nuestras emociones, a no tomar decisiones desde el ego o estando dominados por la ira, porqué seguimos sin prestarles la atención debida?