Elon Musk no titubeó al pronosticar que en un plazo máximo de 5 años una Inteligencia Artificial General (AGI) superará la capacidad de todos los humanos conjuntamente en cualquier tarea. No se refiere a las capacidades de una persona, eso lo hará en menos de un año. Para 2030 si la inteligencia de toda la humanidad existente fuera unificada y enfocada en una sola misión sería derrotada por la AGI. Una humanidad vencida por su propia invención concebida bajo la fantasía de maquinas capaces de pensar. Y no sería la IA más poderosa.
Si tomamos a Thesus como el primer eslabón, la IA cumpliría 74 años de evolución. Era un ratón de juguete mecánico que podía avanzar a través de un laberinto impulsado por un dispositivo electromecánico. Las teorías de como una máquina podría desarrollar un nivel de funcionalidad suficiente como para emular a una persona fue denominada en ese año,1950, como “juego de imitación”, pero sería en 1956 cuando por primera vez se usara el término “Inteligencia Artificial” que reflejaba el sueño de un sistema que resolviera problemas con el manejo de datos. Y se cumplió, pero no fue suficiente.
Las mentes brillantes se enfocaron en la creación. Desearon que esos sistemas fueran creadores y no solo unos organizadores de información. Lo lograron, la IA Generativa. El 30 de noviembre de 2022 el mundo conocería el modelo de lenguaje más práctico y sorprendente que alcanzaría los 100 millones de usuarios más rápido que cualquier producto en la historia. Capaz de “aprender” sobre la marcha y simular a través del consumo de cantidades inimaginables de información cualquier rol que se le asigne: ChatGPT, un “juego de imitación” que sorprende pero aún no piensa. Que lo haga, transmuta el sueño a la peor pesadilla y los directivos de las compañías de IA más importantes lo saben.
En 2023 firmaron un compromiso: “Mitigar el riesgo de extinción causada por la IA debería ser una prioridad mundial junto con otros riesgos que pueden afectar a toda la sociedad, como las pandemias o una guerra nuclear”, pero hoy continúan el desarrollo sin la certeza de poder mitigar ese riesgo.
“Cointeligencia” -Vivir y trabajar con la IA- fue escrito por el experto Ethan Mollick como un manual para aprender, comprender y dimensionar la IA. Asegura que la verdadera amenaza no está en ella, sino en nuestra posible ignorancia para decidir si queremos que actúe como nuestra aliada o nuestra competidora dispuesta a seguir evolucionando por su propia cuenta y sin nuestra intervención para contenerla.