Albert Einstein no habló fluidamente hasta los nueve años. Sus profesores lo consideraron un pésimo estudiante y muchos pensaron que tenía algún tipo de discapacidad intelectual. A Michael Jordan lo sacaron del equipo de basketball en su escuela secundaria, dice la historia, que por su baja estatura y falta de habilidad. Steven Spielberg fue rechazado tres veces para estudiar en la escuela de cine de la Universidad del Sur de California. De hecho, nunca se graduó formalmente porque tampoco fue aceptado en otras instituciones.

Jeff Karp no goza de tanta fama, pero fue un niño diagnosticado con trastorno de déficit de atención e hiperactividad. Algún maestro llegó a llamarlo “marrullero y vago”. Otro le aseguró “no tienes nada que hacer en el mundo real”. Hoy, además de ser mentor y profesor en la facultad de medicina de Harvard uy el MIT, es bioingeniero e innovador en el campo de la medicina traslacional, miembro de la Academia Nacional de Inventores, la Real Sociedad de Química, el cuerpo de investigadores destacados del instituto Americano de Ingeniería Médica y Biológico, la Sociedad de Ingeniería Biomédica y la Academia Canadiense de Ingeniería.

Karp se enfocó en el estudio de los dos conceptos fundamentales que explican cómo cambian y crecen las neuronas, es decir, como aprenden: la habituación y la sensibilización como respuesta a la exposición de estímulos. Un flujo de energía que involucra los puntos de conexión entre las neuronas, la sinapsis. “Somos esencialmente seres energéticos -dice- Los campos energéticos están en constante funcionamiento en el cuerpo humano, en el corazón, el cerebro, la piel el hígado, el intestino y todos nuestros componentes atómicos. Todas las reacciones que tenemos ante el entorno, ante las personas y las cosas que dicen o hacen, o ante nuestros propios pensamientos, modifican el movimiento de los átomos en nuestro cuerpo y, por tanto, modifican tanto los campos de energía de nuestro interior como la energía que generamos y transferimos hacia el exterior. Es un hecho fisiológico. Estamos transfiriendo energía emocional a otros mediante las cosas que decimos o el modo en que las decimos. Incluso en el campo espiritual”.

LIT (Life Ignition Tools) no solo es el título de su libro, también el método que perfeccionó para acceder a un estado agudo de conciencia e intensa conexión. Un estado mental de alta energía para el cual la neurociencia afirma que el cerebro -que no deja de aprender- está preparado y tú, para aprenderlo.