Analistas 24/06/2024

La patología de la normalidad

Lewis Acuña
Periodista

“Va un hombre al médico y empieza a hablarle de sus síntomas: ‘Bueno, lo que me pasa es que todas las mañanas, después de ducharme y vomitar…’ El médico lo interrumpe: ‘Pero ¿qué me dice?, ¿que vomita usted todas las mañanas?’. A lo que el paciente contesta ‘¡Claro!, ¿no lo hacen todos?”. La búsqueda de la normalidad podría estar socavando tu salud mental.

Esa búsqueda y el logro de la estabilidad y lo que concebimos como éxito es “ser normal”. Así lo creemos. "La patología de la normalidad” cuestiona esa creencia. Actualmente son innegables los altos niveles de estrés, ansiedad y depresión. Muchos se esfuerzan por cumplir con expectativas sociales, laborales y familiares, y, sin embargo, sienten un vacío. El deseo de encajar y cumplir con un ideal socialmente aceptado está contribuyendo a estos problemas, tanto, que las afectaciones a la salud mental es considerada la nueva pandemia.

“Pongamos un ejemplo. En el caso de una tribu que viva de atacar a otras, matando y robando, si a uno de sus miembros no le gusta robar y matar, sino que más bien se aterra ante la idea de hacerlo, quizá no sea consciente de esta repugnancia suya, porque en su sociedad es precisamente inimaginable que a uno le disguste lo que le gusta a todo el mundo (…) Ciertamente dirán —El curandero o quien sea— que ese hombre no está bien del todo. Resulta que, cuando todo el mundo acomete alegremente al enemigo, ese se pone a vomitar, con lo que no puede acompañar a los demás. Ese hombre es un enfermo en su sociedad, mientras que en una tribu de pacíficos labradores sería de lo más sano. En una sociedad de labradores cooperantes, el enfermo sería precisamente el que encuentre gusto en matar”. En toda sociedad es siempre inimaginable que a uno le disguste lo que le gusta a la mayoría.

En un resumen sinóptico, la normalidad social, al imponer expectativas y conductas estándar, impulsa a las personas a conformarse, lo que lleva a la separación de su verdadero yo y a la desconexión de sus auténticos deseos y valores. Esta división interna genera relaciones superficiales y un trabajo deshumanizado, resultando en un profundo sentimiento de aislamiento y desencadena problemas de salud mental. Pero hay más elementos, todos ellos expuestos de una forma en que es inevitable reconocerlos en nuestro mundo actual y mental. La sorpresa está en que han pasado 71 años desde que Erich Fromm expuso esta “Patología de la normalidad” y nuestro estilo de vida, aún la valida.

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