El Dr. Tim Irwin tiene una campaña: la prohibición global de la frase “crítica constructiva”. Él - PhD, autoridad mundial en temas de desarrollo de liderazgo, efectividad organizativa y formación de ejecutivos- dice que usualmente su verdadero significado es “voy a destruirte emocionalmente, pero mis motivos son positivos”.
“Se un influencer” no se trata de hacer bailes, tutoriales, reviews o tantas otras opciones -algunas francamente ridículas- por ganar seguidores en redes sociales. Su objetivo es enseñar a “influir, atraer y sacar lo mejor de las personas” en el entorno empresarial y familiar, basado en la premisa de que “mucho de lo que hacemos para motivar a los demás causa justo lo contrario a lo que en realidad pretendemos lograr”.
Irwin se va de frente contra el tipo de liderazgo que llama “macho management”. Ese en el cual el enfoque de la motivación es “haré que hagas lo que yo quiera que hagas”, lo que sugiere que así se trate de trabajadores, estudiantes, jugadores o niños, “todos son flojos, irresponsables, carecen de ambición y son menos inteligentes, por lo tanto, requieren de un escrutinio constante que garantice que ellos realicen el trabajo que les fue asignado”.
Un poco fuerte. Dice que en el esfuerzo por obtener los mejores resultados de aquellos que lideramos, enseñamos, entrenamos, o de nuestros hijos, “debería desvelarnos es si hay una forma de transformar a los miembros de nuestros equipos o de nuestra familia para que se sientan motivados a lograr la excelencia sin necesidad de toda esa fanfarria tan ofensiva”.
Su propuesta radica en “afirmar” a las personas. Una forma mucho más elevada que los convencionales y aguados -la mayoría de las veces hipócritas- golpecitos en la espalda. Como el poema, es “táctica y estrategia”. Abordar el lado emocional de quienes están bajo tu liderazgo tiene una base neurobiológica que los impulsa y compromete con una misión que trasciende lo empresarial. Es un anhelo de éxito que afirmándolo correctamente en ellos los hace compartirlo y siempre desear ser parte de él.
Somos afortunados, y puedes opinar lo contrario naturalmente, de tener en nuestra vida a alguien que despierta en nosotros el deseo de un gran propósito y la sensación de que vivimos con significado, junto con la certeza de que podemos alcanzar logros notables, mostrar gran coraje frente a la adversidad y realizarnos como personas. ¿No es maravilloso saber que ese alguien puedes ser tú? Este libro te ayuda.