Analistas

Lo excluido no es exento

Lisandro Junco

Nunca han creado un empleo, no saben cómo se paga una planilla de un empleado, no tienen idea de qué es llegar a febrero y rebuscar el pago de las cesantías, menos saben entender un estado de resultados y por fuera de la renta, no entienden la complejidad del sistema tributario. Esas son las consecuencias de quienes hacen una reforma tributaria, vendiendo una reactivación económica, recargada de cháchara.

Usan el argumento de reactivación y anuncian con gran elocuencia un beneficio a los hoteles y operadores turísticos, proponiendo una exclusión en el IVA de los servicios que prestan en municipios con una población menor a 200.000 habitantes.

La exclusión significa que esos servicios no causan el IVA a sus clientes y no como dicen ellos que la tarifa es excluida, confundiendo el término con la exención. Parece una buena noticia, sin embargo, negocios como los hoteles y los operadores turísticos, por elemental razón, tienen que comprar y pagar con IVA los bienes y servicios que por operación requieren. Esos “IVAs” pagados hoy en día son descontados del total de los “IVAs” facturados, impactando lógicamente en los estados financieros del negocio y así se calcula el margen de ganancia en la prestación del servicio que se ofrece; incluso, es normal ver que pueden conseguir los saldos a favor en la declaración de este impuesto.

La exención es absolutamente diferente a la exclusión, básicamente es porque el servicio está gravado, pero a una tarifa de 0%, dicho de otra manera, es una ventana para el empresario de descontarse todos los “IVAs” de los bienes y servicios que pagó, consiguiendo un impacto positivo para el cliente, porque le permite bajar el valor de su servicio y ser más competitivo.

En 2020 y 2021 se fortaleció el sector con la ley del turismo, que fue ampliada con la ley de inversión social, impulsando la exención en IVA, más un IVA de 5% para los tiquetes aéreos, no fue una exclusión, porque es sabido que, por esta vía, se termina encareciendo en estos casos el valor del precio final al cliente. Lastimosamente, en 2022 eliminaron esos beneficios y quieren subsanarlo con algo que en la realidad los afectarán aún más.

Existe otra inquietud y es cómo conseguimos transportarnos a estos sitios turísticos, cuando todo se va a encarecer, gracias a la propuesta del alza desaforada del impuesto al carbono. Salvo quien practique el senderismo o el ciclismo, le va a salir más caro viajar. Si quiere viajar por carretera, el impuesto en la gasolina va a subir 290%, o si toma un bus, el Acpm o diésel subirá 294%, o si puede tomar un avión, el jet fuel subirá 273%, obviamente la empresa de transporte y aerolínea les trasladará esos mayores valores a sus clientes.

En conclusión, estas medidas propuestas por el Gobierno no solo van a encarecer el turismo, sino que lo afectarán, y muchos colombianos preferirán viajar a paraísos turísticos por fuera de Colombia, en donde gozan de beneficios claros y el avión llegará con el combustible suficiente para llevar a los colombianos más barato, y trasladamos la riqueza que podemos generar para el sector al exterior, mientras tanto, acá hacemos pedagogía fiscal explicando que lo excluido no es exento.

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