Clemente Forero Pineda posesionado presidente de la Academia Colombiana de Ciencias Económicas
martes, 22 de julio de 2025
Luis Antonio Orozco
En la historia de la política de la ciencia en Colombia, pocos nombres resuenan con tanta autoridad moral y académica como el de Clemente Forero Pineda. Economista riguroso, ingeniero de formación, pensador de vocación y servidor público por convicción, Clemente es una figura que encarna la excelencia académica, liderazgo institucional y compromiso con el desarrollo del país.
Se formó como ingeniero civil en el prestigioso Insa de Francia, donde obtuvo además certificaciones en matemáticas y física. Pero su pensamiento no se conformó con la precisión de los números y las estructuras. Buscó en las ciencias sociales, particularmente en la economía, un lente para comprender y transformar la sociedad.
Obtuvo una maestría en ingeniería económica de sistemas y planeación, seguida por una maestría y un doctorado en economía en la Universidad de Stanford. Esa formación fue la base de una carrera intelectual centrada en la comprensión de las estructuras productivas, los procesos de innovación y los mecanismos institucionales del desarrollo.
Ya en Colombia fue profesor, director del Centro de Investigaciones para el Desarrollo, CID, y decano de la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad Nacional de Colombia, dejando una impronta en la formación de generaciones de economistas comprometidos con la transformación del país. Luego fue profesor titular y coordinador del grupo de investigación Gestión Pública en la Universidad de los Andes. Consolidó un perfil académico con producción científica de alta calidad con una obra que abarca desde la economía de la ciencia y la tecnología, pasando por políticas públicas de innovación, hasta el análisis del conflicto armado, la gestión agrícola y sus implicaciones en el desarrollo rural. Es autor de artículos influyentes sobre los derechos de propiedad y la innovación -que citan economistas como Mariana Mazzucato-, columnas de análisis económico que le valieron el Premio Nacional de Periodismo Simón Bolívar y trabajos sobre la sociedad del conocimiento con la Unesco.
Entre 1990 y 1994, la gestión de Clemente como director de Colciencias marcó un antes y un después en la política nacional de ciencia y tecnología. Con su liderazgo y entrañable colaboración con José Luis Villaveces sembraron las bases del Sistema Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación, Sncti, centrado en grupos de investigación y producción científica de calidad. Entendía la ciencia no solo como instrumento de competitividad, sino como una actividad de creatividad para la libertad y palanca de equidad y justicia social. En esa época también fue miembro de la comisión asesora de la Asamblea Constituyente para temas de educación, ciencia y cultura, dejando su impronta en la Carta Política de 1991.
En 2019, ya como investigador emérito del Sncti y miembro honorario de la Academia Colombiana de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales, Clemente fue llamado a coordinar la Misión Internacional de Sabios. Su visión fue clara: no hay desarrollo sostenible sin equidad y justicia cognitiva -de los cero a los cinco años-. Insiste en la unificación de un solo Sncti, sin parcelaciones ministeriales, que genere conocimiento para el crecimiento, conocimiento democratizado en la educación, y conocimiento para debatir el avance de la ciencia con las necesidades de la sociedad, donde las decisiones públicas tengan basamento técnico y legitimidad ética. Esto lo dejó claro cuando renunció en 2023 al Consejo Nacional de Beneficios Tributarios, indicándole a la ministra de Ciencias: “Me siento éticamente impedido para aprobar beneficios y cohonestar un sistema que en muchos casos no incentiva la investigación ni una mayor innovación por parte de las empresas”.
En 2020 recibió el Reconocimiento a la Excelencia Fullbright Colombia como testimonio de su trayectoria académica y su aporte a las políticas públicas y recientemente, en solemne ceremonia el pasado 10 de julio, se posesionó como presidente de la Academia Colombiana de Ciencias Económicas, institución que ayudó a fundar en 1984 con su ejemplar visión de futuro. Clemente, como economista, comprendió el valor del conocimiento. Como servidor público, supo traducirlo en políticas. Como maestro, nos enseñó a pensar con rigor y actuar con conciencia. Su legado no se mide solo en publicaciones e indicadores cienciométricos, sino en su huella ética e intelectual, y en los logros y contribuciones de sus discípulos.
Tuve el privilegio de trabajar desde 2002 con Clemente en la medición del impacto del Sncti. Luego me doctoré, con la tutela de su amigo José Luis, en el ecosistema de conocimiento que lideró como director de investigaciones de la Facultad de Administración de la Universidad de los Andes. Ahora colaboramos en la comisión accidental de CTI del Congreso de la República y con la Cepal, apoyando la creación de la Comisión Interparlamentaria de CTI y Estudios de Futuro y promoviendo la gobernanza anticipatoria y la prospectiva legislativa, lo que aúna motivos a mi compromiso por extender su legado.