Henry Mintzberg

Cuando se mira el panorama de los pensadores más influyentes en la historia del pensamiento administrativo sin duda hay un lugar especial para Henry Mintzberg. Los pensadores clásicos nos muestran una tendencia por lo que el mismo Mintzberg enfatiza como la práctica de la gerencia: hacer primero.

Eran administradores en ejercicio -como Henri Fayol- que se dieron a la tarea de escribir sus propuestas y experiencias para satisfacer las necesidades de conocimiento de las nacientes jerarquías de gerentes. Luego vienen los consultores, especializados en ver primero para luego escribir libros en los que organizan sus observaciones sobre las mejores prácticas y sus conclusiones y recomendaciones sobre la gerencia de organizaciones -como Peter Drucker-.

También están los académicos -como Herbert Simon- enfocados en pensar primero y realizar investigaciones científicas para desarrollar teorías que explican y predicen las complejas interacciones entre administradores, organizaciones y entornos. Finalmente, hay personajes integrales -como el antioqueño Alejandro López Restrepo- que son profesores, hacen investigación científica, consultorías y son emprendedores, creando organizaciones en las que practican la administración. En ese grupo se destaca Henry Mintzberg.

Nacido el 2 de septiembre de 1939 en Canadá en una familia empresaria de ascendencia judía, se hace ingeniero mecánico en la Universidad de McGill donde fue representante de los estudiantes en el consejo y ha pasado su vida como profesor desde 1968. Luego de otro pregrado en artes hace su maestría y luego su doctorado en la Sloan School of Management del MIT con una tesis que revolucionaría el pensamiento administrativo: The manager at work.

Su investigación lo conduce a proponer que los gerentes en vez de seguir patrones ordenados de trabajo como planear, organizar, dirigir, coordinar y controlar -prescritos por Fayol como un deber ser-, tienen tres roles: de interacción con otros, de concentrar y distribuir información y de tomar decisiones. El día a día de los gerentes dista mucho de esa idea de personas que buscan toda la información para procesarla racionalmente y tomar decisiones.

En vez de ello usan lo que tienen disponible a la mano, incluyendo comentarios, chismes y percepciones a primera vista para solucionar problemas. Luego Mintzberg se concentra en demostrar que la planeación estratégica, la práctica gerencial por excelencia, es un oxímoron cuya desconexión solo ha causado catástrofes corporativas.

En su libro ‘The rise and fall of strategic planing’ detalla sus críticas a los rígidos planes de largo plazo basados en populares herramientas de la Harvard Business School como la matriz Dofa o las ideologías instrumentales de Michael Porter, proponiendo que los gerentes exitosos van moldeando sus acciones en razón de los cambios en el entorno y las oportunidades que emergen e identifican. Otra de sus contribuciones más importantes ha sido la crítica a los programas de maestría en administración de negocios (MBA) que buscan traducir conocimientos teóricos a estudiantes sin experiencia en la práctica administrativa.

En su famoso libro ‘Managers not MBAs’ indica que la educación gerencial es fructífera cuando los estudiantes son gerentes en ejercicio y aprenden de sus propias experiencias, del trabajo colaborativo y de sus reflexiones críticas sobre sus habilidades de liderazgo. De esta propuesta nace CoachingOurselves, una firma que funda Mintzberg para ofrecer servicios de entrenamiento gerencial. Su capacidad de entender las organizaciones y la práctica gerencial se encuentra disponible en un sistema omnicanal integrado por más de 170 artículos científicos, 17 libros y su página personal, blog, canal de Youtube y cuentas en redes sociales como LinkedIn y X.

Tuve el honor de conocer al profesor Mintzberg en la reunión anual del Academy of Management en Chicago, en el pasado mes de agosto, y luego de una amena charla accedió a acompañarme en mi seminario de pensamiento administrativo en el doctorado en administración de la Universidad Externado de Colombia.

Después de años leyendo sus publicaciones y sintiéndome identificado con sus propuestas, abrir un espacio de discusión con mis estudiantes es una oportunidad invaluable, que espero contribuya a la idea de que nuestros programas en ciencias administrativas, contables y económicas del país busquen interacciones con los mejores académicos del mundo para tener, como indica la misión del Externado, “presencia significativa en el concierto internacional (y) contacto con la cultura universal y actualizada frente al avance de las ciencias y la tecnología”.