La fórmula tarifaria, dentro de los riesgos...
¿El Gobierno estará jugando con candela al proponer una intervención rápida, fuerte y radical en la fórmula tarifaria que ha regido en el sector energético? Si no se hace con mucha maestría, alta técnica y prudencia podría generar inestabilidad en un sector que después de los apagones nos ha dado relativa seguridad del suministro de energía en el país. El problema de fondo no es solamente la tarifa para los consumidores, sino la seguridad energética del país.
El Presidente colocó la intervención de la fórmula tarifaria en un plano de corto-plazo y sin ponderar el mediano y largo plazo. Es un hecho que el sistema energético ha presentado un desempeño que, por su estructura oligopólica natural, los dueños del capital quieren quedarse con buena parte del excedente del productor reduciendo a su vez el del consumidor.
En pocas palabras, el servicio podría ser más barato por la estructura de costos del sector. Es cierto. Pero a su turno, ello ha permitido que las empresas hagan apuestas de muy largo plazo con importantes inversiones y que le dan seguridad a la generación de energía.
El otro “detalle” es que los grandes generadores del país no solo son privados también son oficiales y mixtas, como Empresas Públicas de Medellín (genera 26% del total del país).
La intervención por parte del Estado estaba advertida en los análisis de riesgos en los informes anuales de las empresas. Contemplaban estos riesgos: “Los cambios regulatorios que afecten el negocio” y los “Cambios en el entorno político”. Pues bien, estos dos riesgos se materializan ahora.
El trabajo de la Creg es de una cirugía de alto riesgo
Consideramos que una revisión de esas fórmulas es importante para detectar asimetrías en la repartición de los “costos” de la seguridad energética y la debida rentabilidad en este sector que implica inversiones a muy largo plazo, frente a las tarifas que debemos pagar los usuarios. Una equidad es lo más benéficos para todos. Pues si el péndulo tarifario se usa para ahorcar a las generadoras, nos estaremos poniendo sobre la cabeza una espada y sería profundamente riesgoso para el país entero.
La coyuntura que hemos vivido luego de la pandemia con la famosa opción tarifaria que lo que hizo fue postergar los pagos en tiempo de las facturas; el crecimiento del precio en bolsa no siempre bien explicado por las perspectivas de oferta y demanda de energía; las dificultades ligadas a la reducción de nivel de crecimiento económico que golpea los bolsillos de los consumidores; la escasez de agua, han hecho un verdadero coctel peligroso. Y ello ha golpeado a muchos consumidores, a tal punto que no se juzga equitativo ni justo el sistema actual.
Así, el trabajo de la Creg, comisión reguladora del sector, es de una cirugía de alto riesgo. Por lo que debe hacerla sin los embates populistas y viscerales, sino con la cabeza, la evidencia y la justicia. De tal manera, que no pongan en peligro el futuro abastecimiento del país.