No solo crecimiento, ni de cualquier tipo
La Andi, con su presidente a la vanguardia, está empeñada en la idea de focalizar en el crecimiento económico como la gran meta nacional. Bruce Mac Master presentó, en la Asamblea de la Andi Valle, el crecimiento como la única vía para asegurar el progreso del país. Pues, bien me parece un tanto riesgoso quedarnos con ese mensaje escueto del “crecimiento económico”. Esta posición hay que matizarla, para que el imaginario colectivo no haga estragos con ella.
“Queremos construir con el próximo Presidente una agenda de crecimiento económico”, afirma Mac Master, presidente de la Andi, su objetivo es que se convierta en prioridad nacional. E indica la centralidad del crecimiento económico como la panacea: “En Colombia se nos olvida que el desarrollo social solo se logra con crecimiento económico”.
Pues, ya no podemos hablar de crecimiento “a secas”, en efecto, sería un lamentable error luego de tomas de consciencia, como han sido la encíclica del Papa Francisco, Laudato sí, E
El cuidado de la casa en común, o el Acuerdo de París, en el marco de la Convención de Naciones Unidas sobre el cambio climático y que establecieron compromisos para reducir la emisión de gases con efecto invernadero; o, a escala nacional, las conclusiones de la Comisión de Crecimiento Verde.
Hay que pensar muy en serio que siempre que hablemos de crecimiento lo hagamos con la condición innegociable de la sostenibilidad, para que podamos mirar a los ojos a las nuevas generaciones de manera responsable. Así el discurso de la Andi se debe matizar con la dimensión ambiental.
En segundo lugar, hay evidencias empíricas que el bienestar de los pueblos y las familias no solamente depende del nivel de crecimiento económico. Interesantes estudios han demostrado cómo países con magnitudes de PIB per-cápita menores, tienen niveles de bienestar mayores. Es decir, que el bienestar no depende únicamente del crecimiento.
La visión de la Andi se ve muy tradicionalista, es el desarrollismo, que considera que lo único que eleva el bienestar social es el crecimiento. Y no es así. Invito a los lectores a ver una interesante charla en TED al respecto, que se titula: “Lo que el Índice de Progreso Social puede revelar de tu país” de Michael Green.
En tercer lugar, la propuesta de la Andi tiene una coloración de dejarle al Estado lo social: “Es el aumento de la producción del país, del aporte del sector privado y de los trabajadores para aumentar su bienestar y que el Estado logre desarrollar una gran política social”.
Muy de acuerdo con la necesidad de una gran política social, pero sería muy peligroso que los empresarios se dediquen al crecimiento económico, sin tener desde la misma propuesta de su actividad una perspectiva social.
Estamos hablando de la visión de responsabilidad social empresarial, que debe vivirse con conceptos como el de Porter de Valor Social Compartido, o de Ciudadanía Global, o de liderazgo compartido de otros.
Y, finalmente, en cuarto lugar, hay una ausencia del vector de la educación en el discurso de la Andi sobre crecimiento económico. Mientras desde otras voces del sector privado, el Consejo Privado de Competitividad, se ha hecho énfasis en la educación como el motor para el mejor crecimiento económico, en la de la Andi no hay centralidad en el tema.
El punto de fondo está en qué tipo de crecimiento buscamos: el de la explotación de los recursos naturales y basado en la explotación de la mano de obra barata o, por el contrario, en los más complejos y procesos con valor agregado que generan puestos de trabajo de calidad y no simplemente de salario mínimo.
La propuesta de la Andi, que seguramente tendrá eco en el nuevo Gobierno de Duque, cuyo programa la contempla, ha de matizarse para bien del país: lo social, lo ambiental y lo económico deben ir de la mano integralmente, y no podemos focalizarnos en una sola porque desarticula el desarrollo y no asegura el bienestar.