Analistas

La mesa de billar de la geopolítica

Luis Fernando Garibello Peralta

El mar caribe es hoy una mesa de billar de paño azul donde hay 3 bolas: la blanca, la roja y la amarilla. El jugador que inicia, debe, en un ejercicio matemático, golpear con la blanca a una de las dos primero y escoger, además, qué bandas le sirven para que se complete una carambola a 3 bandas perfecta y de paso, pueda seguir haciéndolas para terminar un juego completo sin permitir que su rival tenga chance.

Este juego comenzó en 1961 cuando Kennedy (Demócrata), intentó una carambola que salió muy mal en bahía de cochinos cuba, y estos 64 años han dolido en toda LATAM, pues el comunismo se expandió con sus errores, metiendo carambolas y dando clavija, como le decíamos a la trampa en el billar del barrio, y ahora, bajo el nombre de progresismo, quieren continuar el desastre.

Este no es un punto de honor para Trump como lo quieren ver de manera simplista, es, sobre todo, una tarea inconclusa que los Estados Unidos y el mundo libre, tienen en su lista de pendientes y está a una carambola para contener y terminar las fallas que se tuvieron en el lejano 1989 en Europa, esta vez la mesa es América Latina.

Variables a considerar: Rusia no es la URSS. La primera apoyaba a la isla pues eran sus orejas a pocos kilómetros de EEUU, ahora Putin tiene muchos líos con Ucrania, la OTAN, la pérdida estratégica de Siria, sus embargos económicos como para pensar en seguir apoyando este laboratorio de horror cubano.

China no estaba en esa época y menos ahora cuando otra isla, Taiwán, es su única prioridad, son pragmáticos y evolucionaron a partes mejores del capitalismo.

La primera bola en ser golpeada dada su importancia estratégica debe escogerse bien, y como se puede inferir desde hace un mes cuando Trump desplegó sus mejores equipos puede ser Venezuela. ¿A dónde irá ella, a quien golpeará con su fuerza cinética? Debe ser pensado, ya que, por años, se convirtió en la caja de las dictaduras alrededor del mundo.

¿Y la Cuba de Castro? no es necesariamente una bola, pues estratégicamente no está bien golpear a una enfermo que se encuentra a una diarrea del colapso; estamos viendo en tiempo real la senectud del régimen, hay crisis de todo: agua, luz, comida, y que su líder, Díaz-Canel, haya dicho que un huracán los dejó mal, no significa que el huracán sea devastador, significa que su sistema es precario, pues hasta el petróleo que a diario el régimen de maduro enviaba por el orden de 50 mil barriles, ya no llega dado el embargo de buques impuesto por el gobierno de Trump.

Otra bola puede ser Irán, no en vano, su parlamento, le exigió al líder supremo recupere los 2 mil millones de dólares que les debe Maduro pues ya perdieron unos 30 mil en su apuesta por Al Assad en Siria, eso es mucho dinero para otro paciente con comorbilidades y pronóstico reservado.

Por último, esta Petro, al que no aceptaron en el juego, y éste, con la ñata pegada al vidrio, ve por la ventana lo que pasa adentro de su barrio sin poder hacer nada en un partido que para él se acabó.

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