Colombia y la COP28
Con lo positivo y negativo que deja la Conferencia de las Partes (Conference of the Parties-COP) 28, o lo que es lo mismo, la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, no deja de ser un buen momento para reflexionar en torno al camino que transita la humanidad hacia un mundo diferente al que ya conocimos.
Y se precisa diferente, no mejor ni peor, pero muy lejano al que habitamos dos o tres décadas atrás.
Desde Colombia hubo mensajes con algún impacto. Es precisamente ese discurso de nueve minutos del presidente Gustavo Petro el que debe llamar nuestra atención. Sin estar a favor o en contra de su contenido, sus palabras invitan, aunque forzosamente, a pensar en la actual estrategia colombiana de inserción global, es decir, en su política exterior.
Y se usa el término forzosamente porque ante la dificultad del Gobierno Nacional para comunicar asertivamente, todavía se gira en torno a un trino expuesto por el Presidente en relación con la política internacional de Colombia.
En ese trino (de la red social X) quedó claro que “la política internacional de Colombia se basa en: 1. Luchar multilateralmente por superar la crisis climática. 2. Superar el marco estrecho de la convención de Viena para tratar el problema de las drogas. 3. Abrir el país a toda investigación judicial nacional o internacional sobre violación de derechos humanos en Colombia. 4. Basar la política exterior siempre y en todo lugar en el derecho internacional. 5. Garantizar la independencia nacional. 6. Aplicar la norma constitucional que hace al presidente, como jefe de estado, el máximo responsable de la política internacional de Colombia.” [Sic]
Esa “declaración oficial” que hizo el Presidente sobre la política internacional del país es un marco general supremamente amplio que tendría que albergar (incluir) a la política exterior de Colombia (PEC).
Sin embargo, salvo lo ofrecido por el Plan Nacional de Desarrollo, aún existen vacíos y desconocimiento sobre cuáles serán los lineamientos y directrices oficiales de la PEC. Aunque Gustavo Petro haya ofrecido un discurso mal estructurado y con metáforas fuera de lugar, países insulares desconocidos (wanavatú) y desaciertos en las cifras, varias de las menciones hechas en su mensaje son susceptibles de comprenderse desde la eventual estrategia de PEC para esta administración.
Al destacar aspectos como la exigencia de la reestructuración del sistema financiero mundial (que incluye cambio de deuda pública por acciones en favor del ambiente), el abandono a los contratos de exploración en el país, el desmantelamiento del subsidio al combustible, el alto porcentaje (70%) de la matriz energética limpia, la disminución de la deforestación de la selva amazónica en 70% con recursos propios del Estado colombiano y el esfuerzo por unir a los países del Sur Global en función de trabajar juntos para alcanzar metas comunes, es cierto que esto puede estar inmerso en la estrategia que tiene Colombia para ascender internamente hacia mejores niveles de desarrollo de su sociedad.
Esto aunado al paquete de proyectos sostenibles por valor de U$151 millones para impactar zonas clave de la geografía nacional es buen indicador sobre lo que se quiere alcanzar con el apoyo de los actores externos que cuentan con la capacidad técnica y financiera para acompañar la estrategia colombiana de política exterior. Lo que se requiere ahora es su oficialización.