Analistas 01/03/2022

La situación en Ucrania

Luis Fernando Vargas-Alzate
Profesor titular de la Universidad Eafit

Por estos días se escuchan muchas veces las mismas preguntas y, a pesar de la existencia de variadas respuestas, parece que sigue siendo poco claro para muchos lo que está pasando en Ucrania. Algo esencial es la comprensión del marco histórico que rodea la relación entre rusos y ucranianos. Sin ese contexto, es virtualmente imposible saber lo que está pasando al este de Europa, y las razones que motivan tanto el movimiento ruso como la fragmentada respuesta ucraniana.

Sin el ánimo de auscultar el detalle, sí se precisa tener a la Guerra de Crimea (1853-1856) en el contexto general de la situación. Se trató de un conflicto bélico librado entre el otrora Imperio ruso, aliado con el reino griego, y una coalición establecida entre el Imperio Turco-otomano, en alianza con los imperios francés, británico y el reino de Cerdeña. Importante anotar que en ese entonces EE.UU. no era el protagonista que sería en el siglo XX; por tanto, no estaba aún en el radar de los rusos.

En dicho conflicto el Imperio ruso buscó imponerse ampliando y consolidando su esfera de influencia. Allí quiso demostrar su capacidad controlando, desde la Península de Crimea, todo el mar Negro. Ya los rusos tenían en su jurisdicción lo que hoy es Ucrania. Sin embargo, contrario a ser exitosos, a éstos se les doblegó con la derrota en Sebastopol. Se ha escrito por muchos estudiosos, que el resultado del conflicto generó una profunda humillación en el Zar Alejandro y todo su imperio. Y en ese evento histórico quedó claro que el Imperio de los Zares no tenía cómo equiparar fuerzas con los imperios occidentales.

Transcurrido poco más de medio siglo, emergió la guerra civil de 1917 y la Revolución Rusa. Una vez se configuró la Unión Soviética (Urss), el territorio de Ucrania entró a formar parte oficial de esa naciente unidad política. Colmada de pueblos eslavos y naciones pro-rusas, y contando con una posición geoestratégica clave para todo el conglomerado soviético, en su relación con Europa occidental Ucrania fue más soviética que el mismo Moscú.

Así permaneció en el tiempo hasta la disolución de la Urss, cuando obtuvo una relativa independencia y comenzó una nueva etapa política que se vio muy afectada en 2014 una vez dimitió el presidente Víktor Yanukóvich, como consecuencia de las protestas del denominado Euromaidán. Eso fue algo fenomenal para Vladimir Putin, pues con el beneplácito de la sociedad internacional le fue entregada de manera directa la posibilidad de quedarse nuevamente con la península de Crimea. Con ello se hace más clara la viabilidad de obtener lo que siempre han querido los rusos: el acceso a territorios y superficies más cercanas a Occidente.

En la actualidad Putin aprovechó que la guerra civil ucraniana entró en un nuevo capítulo, y procura someter a quienes desde hace años quería tener controlados. Podría señalarse que mucho de lo que hoy se está viviendo en Ucrania obedece a la lentitud, primero del gobierno ucraniano, pero también de los supuestos aliados occidentales que estaban acompañando el proceso de democratización y acceso al organigrama internacional que Occidente propone para las naciones del mundo.

La democracia, el libre mercado, la defensa del estado de derecho y todo lo concerniente a los derechos civiles se ha querido llevar a Ucrania, pero con la lentitud expuesta, la reacción de Moscú resultó más veloz y no dejó que le arrebataran el territorio que, aunque golpeado con la Guerra de Crimea, pero dominado por ellos durante los años de la Urss, empezó a sentir mucho más cerca de la Otan, la Unión Europea y el mismo EE.UU.

Así, esto no es más que la crónica de un sometimiento anunciado. Pero tal vez la reacción de los occidentales y de quienes se mostraron favorables a los procesos de cambio en Kiev y Ucrania en general ha sido tan lenta y precaria que ya vemos cómo los rusos llevan la ventaja en estas dinámicas de conflicto bélico.

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