Nuevo viceministerio
El pasado 15 de octubre, mediante el Decreto 1081, se creó el tercer viceministerio del Ministerio de Relaciones Exteriores de Colombia, conocido comúnmente como la Cancillería. Con esta apuesta, el Gobierno Nacional apunta a gestionar el tema migratorio en el país con mayor profesionalismo y alcance, hoy desbordado por una causalidad multidimensional, pero, sobre todo, por la alta presencia de migrantes venezolanos a raíz de la inestabilidad política en la nación vecina y de una diáspora colombiana en múltiples espacios geográficos.
Técnicamente, los viceministerios son las unidades directivas más profesionales y mejor capacitadas al interior de las carteras ministeriales. Es decir, un(a) viceministro(a) es una persona que incluso supera en experiencia, conocimiento y capacidades a los(as) ministros(as). De hecho, se les hace más fácil adelantar su actividad en tanto resultan ser personas menos mediáticas y, en muchos casos, de escaso reconocimiento. Esto, a pesar de su discernimiento y experticia en el campo de acción.
Plateado lo anterior, es factible precisar que la decisión de recortar cargos en los otros dos viceministerios existentes, para crear las vacantes que le permitan al nuevo operar es una decisión acertada (el Decreto 1082 de la misma fecha rediseñó la planta de personal de la Cancillería); siempre que se atine en el perfil de las personas que se nombren en la novedosa unidad administrativa.
Con esta nueva legislación, a partir del 15 de octubre se creó el “Despacho del Viceministro de Asuntos Migratorios, Consulares y Protección Internacional”, a la vez que se planteó una nueva estructura para la institución rectora de la política exterior e internacional de Colombia. Es decir, al tiempo se trabajó en un rediseño administrativo que evita una nueva carga fiscal para su funcionamiento.
El mismo Decreto 1081, nos recuerda la importancia de tener en cabeza de la Cancillería a una persona conocedora y capacitada del ejercicio administrativo de los asuntos internacionales del país, en tanto el parágrafo 1 del documento oficial reitera que el Ministro de Relaciones Exteriores, mediante resolución, será quien determine la ubicación, las denominaciones, atribuciones y funciones específicas de las direcciones de los viceministerios, incluyendo lo relativo con la reciente unidad administrativa creada para el manejo del tema migratorio.
En tal sentido, este tercer viceministerio incluirá dos direcciones que, se espera, cuenten con personas expertas en la materia y con capacidad para liderar equipos de trabajo que obtengan resultados importantes al respecto. La primera dirección es la de Política, Asuntos Migratorios y Protección Internacional, mientras que la segunda se denomina Dirección de Servicios Consulares y Vinculación de la Diáspora y Retorno. Solo para recordar, es oportuno señalar que el Viceministerio de Relaciones Exteriores, aparentemente hoy en manos de Juana Castro (sin oficializarse), cuenta con cuatro direcciones (por áreas geográficas), mientras que el Viceministerio de Asuntos Multilaterales, a cargo de Mauricio Jaramillo, tiene seis direcciones del mismo carácter multilateral.
Ahora que Colombia se halla en medio de fuertes dificultades diplomáticas y deslices en el desarrollo de su actividad en la política internacional, quizá esta reforma sea de las pocas cosas que puedan resaltarse por los lados del Palacio de San Carlos. Solo resta que no se arruine el momento al nombrar politiqueramente a quien no debiera ocupar los nuevos cargos.