Analistas 05/11/2024

El éxito de la COP16 y el renacer de una ciudad

Mabel Lara
Vocera de la COP16 y Secretaria de Turismo de Cali

La COP16 fue un punto de inflexión para Cali. El evento sobre biodiversidad más importante del mundo fue una bocanada de aire fresco para una ciudad que trabaja fuertemente por reconciliarse y que pudo encontrarse colectivamente en torno a un mismo propósito.

Fuimos elegidos como sede de la COP16 con solo ocho meses para prepararnos, pero asumimos con mística la responsabilidad más grande de la historia de Cali, poniéndonos a punto, en tiempo récord, en infraestructura, servicios, cobertura y capacitación.

El éxito de la COP16 quedó demostrado en cifras concretas: 11.000 reservas aéreas internacionales, 91% de ocupación hotelera con ingresos de US$11 millones para este sector, la llegada de 15.237 turistas y 23.600 visitantes no pernoctantes que aportaron a la economía local, la asistencia de 900.000 personas a la Zona Verde y el Circuito de la Biodiversidad, y la inscripción de 25.000 delegados a la Zona Azul.

La visibilización internacional de Cali como epicentro de la biodiversidad fue notable: cerca de 6.000 portales de 159 países publicaron más de 1.000 artículos en 51 idiomas que no solo hablaron de la COP16, también de nuestra riqueza natural, el Parque Nacional Natural Farallones, las más de 560 especies de aves que adornan nuestro cielo y los siete ríos que atraviesan la ciudad.

La realización de esta COP histórica no hubiera sido posible sin los 800 voluntarios que se capacitaron y convirtieron en embajadores de ciudad para apoyar, atender y guiar a los visitantes, y de cerca de 200 taxistas, periodistas, militares y miembros del sector gastronómico que aprendieron inglés para mejorar la experiencia de los asistentes.

Hablar de la COP16 como punto de inflexión para Cali es mirar el Parque Nacional Natural Farallones, nuestra joya de la corona, como un faro de turismo, y aprovechar la oportunidad para atraer más visitantes interesados en el turismo de naturaleza regenerativo que nos brinda la zona rural, que compone 80% de la ciudad, apalancados en la biodiversidad, emprendimientos y belleza que en ella convergen. Es el momento propicio para hablar de Cali no solo como ciudad alegre, festiva y salsera, sino también desde otras narrativas que pongan en boca de todos su naturaleza, deporte y cultura.

Y es que la COP16 nos deja cifras históricas en reservas aéreas y ocupación hotelera, el fortalecimiento del turismo y la economía, y una cadena de valor más preparada, pero también el reto de aprovechar la visibilización internacional obtenida para posicionarnos en varios frentes.

Tenemos el reto de posicionarnos como una ciudad epicentro de eventos de talla mundial, atraer inversión extranjera para convertirnos en una biodiverciudad que trabaje, entre otras cosas, con energías limpias y disminuya su huella de carbono, y erradicar la minería ilegal del Parque Nacional Natural Farallones con el turismo como catalizador y alternativa.

En resumen, la realización exitosa de la COP16 en Cali ha dejado una huella imborrable en nuestra ciudad. No solo hemos demostrado nuestra capacidad para ser anfitriones de eventos de talla mundial, sino que también hemos reafirmado nuestro compromiso con un futuro sostenible. Cali renace con nuevos bríos, lista para enfrentar los retos del mañana y consolidarse como un referente en la lucha por un planeta más saludable y justo.

Nos llena de orgullo poder afirmar, sin titubeos, que todo este esfuerzo valió la pena, que miles de personas de tantos países del mundo se fueron con ganas de volver, maravilladas por este tesoro verde, que aprendieron a decir, en español y en su idioma nativo, que Cali es donde debes estar, y que los caleños tuvieron esa bocanada de civismo, apropiación y amor por su ciudad que aguardaban soltar para de una vez por todas mantenerla en el tiempo.

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