Analistas 02/09/2022

Esmad, protección de la protesta

Manfred Grautoff
Consultor de seguridad nacional

El Escuadrón Móvil Antidisturbios (Esmad), de acuerdo con el director de la Policía Nacional, será reformado para corregir procedimientos que han llevado a su desprestigio dentro de un sector de la sociedad.

Esta disposición es una solución adecuada, porque desmantelar esta unidad traería más violaciones de los derechos humanos; un efecto contrario al comportamiento ejemplar que la Policía Nacional debe tener frente a las protestas que derivan en actos de violencia.

El Esmad es una especialidad que tiene como objetivo preparar a algunos miembros de la Policía para que puedan realizar de forma eficiente y bajo el marco constitucional el control de multitudes, así como disuadir y contener actos de violencia en el marco de manifestaciones o concentraciones de ciudadanos.

En esencia, este cuerpo es la garantía de que la protesta social es protegida de actos violentos. No obstante, un sector de la sociedad ha confundido este cuerpo especial con la fuerza disponible o la policía de vigilancia, que es la que habitualmente patrulla las ciudades del país.

La fuerza disponible son policías que generalmente trabajan en labores administrativas de la institución, o que están en su turno de descanso después de haber patrullado la ciudad en horas previas; pero que ante emergencias o escasez de personal se les asigna armas traumáticas y corazas protectoras iguales a las que emplea el Esmad, para que asuman el control de multitudes. La diferencia, es que estos policías no están entrenados para mantener el equilibrio emocional, ni manejar el equipo protector y disuasivo con el menor riesgo para los ciudadanos.

El resultado es que cuando se emplean policías no preparados aparecen las largas listas de heridos civiles, así como de policías que por impericia lastiman o salen lastimados. El paro nacional del 28 de abril probó este hecho; en esa ocasión cuando las protestas se salían de control, se recurrió a la fuerza disponible debido a que no había unidades de Esmad suficientes para atender esta situación a nivel nacional.

Basta recordar, que cada unidad de Esmad está conformada por 155 uniformados, y en todo el país solo hay 23 escuadrones móviles. Así, el empleo de fuerza disponible arrojó 1.147 civiles heridos y 1.450 policías lesionados. Es decir, la escasez de este tipo de unidades terminó agravando la situación, y formó en el imaginario social la idea que el Esmad es el problema, cuando es todo lo contrario.

En otras palabras, traspasar el control de multitudes a la policía de vigilancia solo llevaría a mayores violaciones de derechos, porque esta es una labor donde se ha comprobado que la policía que patrulla las calles, no posee las capacidades ni el control emocional para asumir esta labor.

Por lo tanto, la solución está en modificar la educación del Esmad en función del control emocional y el aumento de las dinámicas sociales de los miembros de esta unidad. Asimismo, es necesario actualizar la doctrina en el empleo de armas no letales. Finalmente, el ciudadano debe tener la garantía que el reclamo por sus derechos, está respaldado por una policía especializada que lo protege y es eficiente para neutralizar la violencia; porque es el vandalismo lo que termina deslegitimando las acciones de los ciudadanos inconformes.

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