Genocidio judío, geopolítica y economía
El Estado de Israel recibió un ataque que cobró la vida de 1.300 judíos y 250 secuestrados. Este tiene como objetivo acabar con las relaciones diplomáticas de Israel con los países árabes.
Hamás es una organización política que emplea terrorismo y asistencia social con el fin de ser la organización que represente al pueblo palestino, eliminando a la Autoridad Nacional Palestina.
Este grupo, obtiene su financiación de Irán y Catar, así como ayuda por cooperación internacional, tal como lo demuestra el acervo académico.
No obstante, los acuerdos de Abraham (2020) que es la normalización de relaciones de Israel con Emiratos Árabes Unidos, Baréin, Sudán y Marruecos, así como la posible entrada de Arabia Saudita, pone en riesgo el liderazgo de Catar e Irán.
Catar es un Estado enemigo de las monarquías del golfo pérsico, que a través del canal de noticias Al-Jazeera, ha promovido levantamientos populares como la primavera árabe que derrocó a varios regímenes de la región, para imponer una agenda islamista.
Arabia Saudita, Baréin y Egipto bloquearon a Catar en 2017, por cielo, mar y tierra, y exigían para desbloquear al Emirato, cortar relaciones con Irán y desmantelar la cadena de televisión Al-Jazeera.
Este bloqueo fracasó, gracias a que Catar tiene una integración financiera con el mundo que equivalía a US$300.000 millones para ese momento. Así, logró abrir nuevas rutas comerciales, eliminó visas para 80 países, reformó su estructura laboral y política.
No obstante, la amenaza de Arabia Saudita, Emiratos Árabes Unidos y Baréin los mostró como enemigos. Cuando Israel abrió relaciones con Estados hostiles a Catar y con la posibilidad que Arabia Saudita se uniera, las alarmas saltaron en el Emirato.
Los acuerdos de Abraham no podían prosperar, porque afectan el proyecto geopolítico de Irán y Catar.
Israel es la economía más potente de la región, no solo por sus cifras, sino que, a diferencia de las economías de Medio Oriente, esta es altamente diversificada en tecnología, agroindustria, medicina e industria militar.
Por lo tanto, si se creara un bloque regional entre el Estado hebreo y los países más ricos del mundo árabe, acabaría con la proyección geopolítica de Irán y Catar.
En consecuencia, qué mejor que emplear a Hamás, un peón desechable que tiene a sus líderes viviendo en ostentosos hoteles cataríes; protegidos por el gobierno del Emirato. Eso implica que, desde Doha, se planificó el brutal atentado terrorista.
Hamás y la población palestina, para estos Estados son piezas de ajedrez prescindibles, que les permite que Israel caiga en la trampa de entrar en Gaza para desmantelar la estructura de la organización terrorista.
Esto presupone la pérdida de vidas, lo que podría llevar a los países árabes firmantes de los tratados de Abraham, a no seguir relaciones diplomáticas y comerciales con Israel; debido al sentimiento anti israelí que hay dentro de la población de esos Estados.
El genocidio judío que ejecutó Hamás busca debilitar política y económicamente a Israel y los firmantes de los tratados de Abraham. A fin de favorecer a Irán y Catar, a costa de la vida de inocentes israelíes y palestinos, con la caja de resonancia de mandatarios como Gustavo Petro, Nicolás Maduro y Raúl Castro.