Patrullero Edwin Caro, su sacrificio es un acto de valor, que simboliza el riesgo que corren todos los miembros de la Policía Nacional. Cuando su patrulla requirió a dos individuos que se movilizaban en motocicleta, portando una bolsa que usan los empleados que reparten domicilios. Su instinto policial notó que había algo que no correspondía a quienes desempeñan esa actividad. Los sospechosos sabían que estaban armados y que terminarían tras las rejas. Los sujetos tras un breve diálogo disparan, impactando su rostro, usted cae mortalmente herido, mientras su compañero responde el fuego, que permite abatir a uno de los hampones. Mientras, el otro emprende la huida, pero por fortuna es capturado.
Entre tanto la familia de Edwin llora su muerte. Los medios de comunicación informan desde el corazón financiero de Bogotá que la inseguridad está desbordada. Y comienzan a preguntar en redes sociales sobre, la seguridad en las ciudades. El público responde afirmativamente, alimentando sesgos porque la evidencia brilla por su ausencia. El director de la Policía advierte que en la zona opera un grupo delictivo responsable de una serie de actos criminales, y que ha dado instrucciones para desvertebrar la banda, responsable de asesinar al Patrullero.
A la vez la alcaldesa de Bogotá, no aparece en el acto nocturno que honra el sacrificio de Edwin; pero sí ha estado presta a lanzar críticas contra el Gobierno Nacional, y entre líneas reprochar la labor de la Policía Nacional. Institución que ha perdido a uno de sus hijos y que constantemente sufre este tipo de tragedias. Algunos representantes del Partido Verde, en medios de comunicación afirman, que no hay una política de seguridad ciudadana, mostrando el oportunismo típico de los políticos.
A ellos, les recuerdo que el 20 de diciembre de 2019 en la ciudad de Medellín, se lanzó la Política Marco de Convivencia y Seguridad Ciudadana. Ahí están plasmadas las líneas de intervención para que la seguridad ciudadana mejore. El director de la Policía ha venido tomando acciones bajo el amparo de esta política pública, que busca desmantelar estructuras criminales y evitar que nuestros policías mueran a manos de hampones.
Los políticos en lugar de salir a medios a dar declaraciones, podrían ayudar a la Policía Nacional a impulsar las líneas de intervención que están plasmadas en la política de seguridad mencionada. Porque delincuentes, que sin mediar palabra asesinan servidores de la ley, están lejos de ser víctimas de la exclusión social, escogieron el “crimen como oficio”, tal como puede estudiarse en la investigación del profesor Isaac De León.
A la crónica amarilla acostumbrada al horror, pero ajena al análisis empírico le muestro que, en Bogotá en los dos primeros meses de 2021, comparados con el mismo periodo del año anterior, el hurto a descendido en 6.745 casos, es decir 34% menos; cifra que se repite a nivel nacional. Igualmente, los homicidios en la capital han caído 9%, mientras en el país han disminuido 4%. Residir en un país con menos delitos y crímenes violentos, a pesar de creencias erradas, se debe al sacrificio de los policías. Solo puedo escribir con dolor e impotencia. GRACIAS PATRULLERO EDWIN CARO.