Sherlock Holmes resolvía casos policiales a partir de la observación de hechos, para luego emplear una lógica exquisita. Esa forma de mezclar los principios científicos elevó el género policial a un nivel literario superior, una famosa frase de Holmes afirma: “es un error teorizar antes de poseer datos, insensiblemente, uno comienza a deformar hechos para hacerlos encajar en las teorías en lugar de encajar las teorías en los hechos”.
Este principio, se pasa ocasiones por alto en temas de la seguridad. Hace pocos días se conoció la salida de la Secretario de Seguridad de Bogotá, este funcionario empleo los principios científicos para diseñar la política de seguridad y convivencia ciudadana que en esencia nunca había existido en Bogotá.
Crear política pública implica saber con la mayor precisión posible, cuál es el objetivo que busca y segundo, evaluarla de forma técnica para mantenerla, corregirla o dejar que siga su curso de acción. Todo este andamiaje, parte de la observación de los hechos que deben ser registrados de forma correcta y sistemática.
Efectivamente existe un sistema de información denominado Información Estadístico, Delincuencial, Contravencional y Operativo (Siedco), el cual administra la Policía Nacional, por ser la entidad que conoce de primera mano los hechos delictivos a nivel nacional. Sin embargo, este sistema no está disponible para el público, ni investigadores académicos o tanques de pensamiento que indagan sobre fenómenos criminales, situación anómala si se tiene en cuenta la ley 1712 del 2014 de Transparencia y Acceso a la Información.
La ley indica, que la información se publique de forma completa y oportuna para que terceros puedan desarrollar proyectos, informes, aplicaciones tecnológicas, así como control social sobre el Gobierno, pero desafortunadamente la información que la Policía Nacional facilita es parcial, además de colocarse a disposición del público con rezagos en el tiempo, que genera discrepancias porque solo algunos feudos académicos son los que poseen estos datos, o se encuentran en el computador de algún funcionario que no permite su acceso.
Un claro ejemplo tiene que ver con el sistema de cámaras de vigilancia que colocó la Secretaría de Seguridad de Bogotá, que pasó de 267 a 1.642 en el año 2017, algunos expertos afirmaron que esto no generaba impactos sobre el comportamiento criminal. De haberse tenido datos geo-localizados de esas cámaras y delitos, se podría comprobar la bondad de la medida por parte de tanques de pensamiento e investigadores independientes, pero la ausencia de datos no permite decir nada sobre tema.
Así mismo, los rumores sobre la salida del Secretario de Seguridad, gravitan alrededor de las cifras, pero como el sistema Siedco no está disponible al público, cualquier chisme con tintes políticos termina eliminando buenos funcionarios y no permite mejorar el sistema de seguridad del país.