Al momento de escribir esta columna, los medios de comunicación siguen mostrando las tanquetas de la Guardia Nacional Venezolana arrollando manifestantes que solo reclaman porque su país vuelva a ser un Estado viable donde inflación y desabastecimiento sean superados. Pero la respuesta de esta dictadura es aplastar literalmente a sus ciudadanos con los vehículos blindados VN-4 vendidos por la empresa Norinco de origen chino. Sin embargo, no solamente fueron los gobiernos de Moscú y Beijing quienes armaron este régimen oprobioso, también fue el gobierno español cuando era presidido por Jorge Luis Rodríguez Zapatero, quien dotó buena parte del material antidisturbios empleado por las fuerzas armadas venezolanas para sostener en el poder a Nicolás Maduro.
El gobierno venezolano seguirá empecinado en mantenerse al frente del país, las protestas seguirán arreciando, y las circunstancias irán conduciendo a la inevitable caída del régimen. Sin embargo, dentro de los análisis ha surgido una serie de tesis: la primera es que en Venezuela se puede dar un enfrentamiento entre Rusia y Estados Unidos. Ante esto, es necesario decir que las capacidades estratégicas rusas son inferiores en relación al sector defensa norteamericano, sólo en términos de gasto militar, el ruso es apenas un 10% respecto al estadounidense y únicamente posee un portaviones, el Almirante Kuznetsoz, el cual presenta problemas operativos, así como sucede con buena parte del material bélico eslavo que también recibe el impacto de la crisis económica por la que atraviesa ese país.
El segundo hecho, es medir capacidades militares en términos absolutos, es decir, suponer que la sola superioridad de armamento otorga victorias, nada mas alejado de la realidad. Un ejército bien equipado es eficiente si posee una estrategia adecuada para desplegar esas capacidades, así como flexibilidad en la toma de decisiones. A manera de ejemplo, Arabia Saudita adquirió la mejor tecnología bélica de medio oriente, aún así esta perdiendo la guerra en Yemen, frente a un ejército precariamente armado, pero con gran ductilidad en su mando y control, que permite superar a los saudíes.
Por lo tanto, un enfrentamiento bélico convencional apoyado por potencias en Venezuela es un hecho con muy baja probabilidad de ocurrencia, además, el armamento que posee Venezuela no es suficiente para confrontar a otros Estados, porque su sistema político condujo a la compra de lealtades dentro del sector castrense, lo que eliminó la meritocracia dentro de la oficialidad, esto no permite tener buena doctrina, haciendo que su toma de decisiones sea un proceso burocrático errático. El pueblo venezolano esta a la merced de una banda de populistas dispuestos a asesinar para conservar el poder, pero con un ejército descompuesto que terminará enfrentándose entre sí, desatando el horror, tal como lo vimos en la otrora prospera Venezuela.